martes, 16 de abril de 2024

Ruego

No soy rey de la comarca.
La comparto con otras aves
que también anidan
en el árbol de la esperranza
donde las calidas brisas
traen sabores de mares
que se degustan en otras tierras.
Otros colores, otros cantares
pero los trinos son siempre iguales
porque los crios tienen el mismo hambre.
Acomodo el algodón de los sueños.
Picoteo un poco más el barro de la fantasía
y esa piedrita que molesta
al estar empollando los huevos
la devolveré a la tierra
porque como ella no vuela
no tienen sentido que esté en las alturas.
Quedan pocos árboles como este
y mucho menos los que en ellos vivimos.
También son pocos los trinos
de las generaciones futuras
porque van perdiendo los sueños
que existen en las alturas
y ya no miran al cielo
tratando de encontrar
la última esperanza.
Daniel Valdman.

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