en un cielo despejado
anunciando con su luz
la sinceridad de las almas.
Radiante la esperanza
llenando todo de alegrías
porque este nuevo día
comienza sin oscuras tinieblas.
Y se saludan las gentes,
todos con una sonrisa
sin importar conocerse
o ser desconocidos
deseándose al mismo estilo
la felicidad que se merecen.
Pero la realidad es muy distinta.
Nadie se da cuenta
que en este día el Sol brilla
y las almas serias y tímidas
se escabullen escondidas
entre multitudes desconocidas
aunque todos sientan lo mismo.
Abrirse a lo desconocido
todo el mundo le teme
y en rápido paso afanando la carrera
para llegar a las cuatro paredes
donde las almas se encierran
para no darse cuenta
de la felicidad en la vida.
Daniel Valdman.
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