en el campo que me espera
como fiel enamorada
de mi labor diaria.
Me devuelve con los frutos
que la cosecha arranca
sin destruir nada
y mejorando la tierra
quitándole las malezas
y abonandola con esperanzas.
Elegiré lo mejor
para llevarlo a la cabaña
y que tus manos cálidas
las conviertan en el más rico alimento,
con la sazón de tu cariño y esmero
para que juntos lo disfrutemos
entre caricias y miradas.
Es dura la vida en el campo
pero cuando se está enamorado
todas las frutas son manjares.
Daniel Valdman.
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