en cada mirada
que nos excita
meternos en el alma del otro.
En lo que nos contamos
de como nos trata la vida
o en los sueños
cuando juntos,
nos quedamos dormidos.
Nos amamos, si,
cuando compartimos el mismo plato
o cuando embobados,
nos quedamos viendo
el mismo paisaje.
Y nos amamos, si,
tocándonos o sin tocarnos
sabiendo que la ambición
de los cuerpos
trata de poseernos
haciendo de los dos
uno solo.
Pero somos dos
y por eso, nos amamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario