encarriladas por farallones
para hallar mejor destino.
Van y vuelven las aguas
siempre al mismo ritmo
enamoradas de la arena,
besándola en cada intento.
Y me recuerda a nosotros,
que en nuestros juegos,
tu corres de mis besos
y yo, detrás para atraparte.
Y nos sumergimos en abrazos
y sonrisas por un rato
para que te vuelvas a escapar
de la pasión de mis brazos.
Es el amor de niños
que ya de grandes jugamos
porque el amor hace la magia
de sentirnos jóvenes
para amarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario