y el deseo brota por los poros.
Se eriza cada filamento
mientras se humedecen los labios
buscando el beso ansiado
para entregar lo que se ha guardado
en este tiempo de ausencias.
Ya estamos juntos,
no hay fuerza que nos detenga
para poder amarnos sin penas.
Nuestro sentimiento esta en las almas
pero necesitamos la piel para darlo.
Y es tan grande el tormento de callarlo
que ya desesperados,
enredamos nuestros cuerpos.
No es pasión, es amor acumulado
que no alcanzan las caricias ni los besos
ni las palabras ni los silencios
en el loco frenesí para decirle al otro
O por Dios, cuánto te amo.
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