miércoles, 10 de junio de 2015

Espíritus

Se juntaron dos almas
en un estallido de fuego
rompiendo los huesos,
traspasando la carne
por el amor tan grande
que se deberían entregar.
La misión era brindarse
hasta la última sangre
de todo el sentimiento
que llevaban muy dentro
y no podía esperar.
Fue el abrazo triunfal
de dos amantes en un cuerpo,
respirando el mismo aliento,
saboreando los mismos besos
y un solo "te amo"
para toda la eternidad.
Daniel Valdman





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