Distancias

No es lo que te quiero
sino lo que te extraño
que se pierde mi cerebro
buscándote a mi lado
aunque la distancia nos separa
libre y soberana
robándose los sueños
entre un beso y un abrazo.

Evito tu ausencia

hablándote en silencio

mientras nadie me escucha

porque es con el pensamiento

y las caricias que no compartimos

dejándome las manos vacías

trato de dártelas en versos

donde se descarga el alma.

La pluma escribe sin pensarlo

porque no se piensan los sentimientos

y la angustia en el pecho

es imposible relatarla.

Pero me falta tu voz,

necesito tus palabras

y esta triste distancia

me duele en todo el cuerpo.

Se que igual te tengo conmigo

porque el tiempo de nuestra historia

es imposible borrarlo.

Daniel Valdman.

Calendarios

Quedarán los versos

como pruebas de la historia

que juntos tejimos 

en el transcurrir del tiempo.

Quedarán las caricias y los besos

y la comprensión de las miradas

en un lenguaje oculto

que solo comprenden nuestras almas.

Serán testigos los momentos sin palabras

y las emociones creadas

en cada roce de los cuerpos. 

Los años compartidos

en miles de calendarios

mientras el tiempo se dedicaba

a teñir nuestros cabellos

haciéndonos coronas de plata

y a cada paso envejeciendo.

Alguien descubrirá las hojas

donde los versos cuenten la historia

del amor que construímos

entre caricias y besos

o simplemente en silencio

solamente con miradas.

Daniel Valdman.

Reloj

Quedó la pasión vencida
quizás por la edad,
quizás por el tiempo 

y la suple el recuerdo

de esos besos y caricias.

Aventuras de lechos

algunos creando vacíos

por la falta de espíritu

y solo ansiar 

satisfacer el deeo.

Otros que jamás se olvidan

dejando una huella 

sobre el sentimiento

reviviendo en la memoria

atraídos por las nostalgias.

En la carrera del reloj

nos vamos poniendo viejos

y sin luchar contra ello

los sueños quedan en eso

como sojuzgando experiencia.

Si, es cierto, no somos los mismos

pero al sentirte cerca 

cambian mis latidos

y un beso o una caricia

nos dicen que nos seguimos amando

quizás ya no como antes

como nos cuentan los recuerdos,

sino como ahora,

con el reloj de la vida

y todo su tiempo encima

en la profundidad de las almas

que no necesita palabras,

solamente una mirada

para dicirnos todo.

Daniel Valdman. 

Distancia

Duele la distancia
al estar lejos de tus caricias.

El jardín también te extraña

y cada hoja o pétalo de las plantas

suelta una lágrima

por sufrir tu ausencia.

No tienen la sonrisa que las alimenta

ni la suavidad de tu roce

al quitar las hojas muertas

ni el alma que las abraza

demostrando su cariño.

En el ambiente falta tu sonrisa

que todo lo purifica

y llena de colores

los más oscuros rincones

solamente con tu presencia.

Duele la distancia

al llevarte la alegría

dejando la cabaña vacía

por la falta de tu espíritu.

No se qué has cargado en tu maleta

pero de mi, te llevaste la vida.

Daniel Valdman.

Infinito

Eres bella,

por más admiradores 

que tengas,

sigues siendo bella.

No son tus ojos

por la manera de usarlos.

Ni tus cabellos

volando con el viento.

Ni la voz romántica

que conquista.

Porque tu belleza

es como el Sol de la mañana

o como una noche estrellada

en la que mirando al cielo

siento que estás conmigo.

Eres bella en el silencio

mientras duermo y te sueño

o cuando despiertas

y recibes mis buenos días

despeinada, desmaquillada

y con todas las intenciones

de querer seguir durmiendo.

Tu belleza está en el espíritu

que se abraza con mi alma

y juntos logramos

un amor infinito.

Daniel Valdman.

Sombras

No encenderé la luz.
Dejaré que las manos
sirvan de nuestros ojos
con la canción de los suspiros
y la música de nuestros besos.

Aspiraré tu aliento

en cada gemido de las caricias

e imaginaré tu sonrisa

de tanto placer y deseo.

No veremos el amor, lo sentiremos

y sabremos que las almas

nos desprenden del lecho

y la felicidad será tan grande

que se escaparán por las gargantas

susuros de te quieros

evitando los gritos

de nuestra ansiedad que desespera.

No, no encenderé la luz

y sin claridad 

más nos amaremos.

Daniel Valdman.

Aves

Vuelan razantes las golondrinas

buscando dónde construir sus nidos

mientras más grandes y más robustas

pasan las gaviotas

tras los arados de los campesinos.

El cielo es una fiesta 

de aves libres de cautiverio

porque el espacio es de todos

y mucho más de la naturaleza.

Para ellas no hay límites ni fronteras.

Todo lugar les pertenece

hasta los refugios donde vive la gente 

que marca la poseción de su parcela.

El trueque va y viene.

Un racimo de plátanos

por unos litros de leche

o un ato de ganado 

por unos metros más de tierra.

Así es la vida en el campo,

con el paisaje a la vista

disfrutando a las garzas tras el arado

o compartiendo con las golondrinas

el trabajo cotidiano que a todos alimenta.

Lejos, muy lejos, la ciudad que auyenta

con sus humos y motores

haciendo todo gris como el asfalto,

viajando apretados en soberanos empaques

que los llevan a diferentes destinos

tratando de cumplir los horarios

para recibir sus salarios

y comprar lo que en el campo se produce.

Y soñar con los días libres

para volar como las aves.

Daniel Valdman.

Teatro

Humeando la taza caliente
dándole su calor a mis manos

mientras la mente divaga

con el espectáculo de la mañana

viendo pasar abrigada a la gente

tras la ventana del café que me proteje.

Cada cual tendrá su historia.

Todos con los mismos afanes

caminando rápido gastando baldosas

consumiendo minutos indispensables.

Nadie nota mi presencia.

Para todos soy inadvertido

mientras ellos son los personajes

siendo yo el único testigo

en el teatro de sus vidas.

Humea la taza en mis manos

y en su vapor eleva lo que imagino.

Cada cual con un motivo distinto

apurando el paso, quizás por el frío,

tratando de ganar segundos

para poder llegar temprano

a las citas, a las filas, a las colas

que al final se unirán

a los que están esperando.

Estoy en el café imaginando

como el único espectador de este teatro

que los afanes hacen a la vida.

Daniel Valdman.

Fantasías

Es temprano todavía.

Las obligaciones no permiten

la libetad de la mente.

El despertar implica

no saber lo que se ha soñado

sintiendo que alguna historia

sucedió mientras se dormia

y ahora está perdida

entre almohadas y cobijas

mientras la realidad

ordena a abandonarla.

Inicio del nuevo día.

Los buses de los colegios

avisan su llegada a tiempo

mientras se afana el estudiantado

cargando su maleta 

llena de sabiduría

con la tarea realizada

o quizás sin terminarla

y el temor de ser descubierto.

Avanza el día.

con los sueños que quedaron en la almohada

y las obligaciones llenan el vacío

mientras las fantasías esperan a la noche

para volver a la vida anhelada

en el abandono al descanso.

Daniel Valdman.

Perdido

Hay veces 

que no me encuentro.
Desaparece mi imagen 

frente al espejo
y me invaden los recuerdos
desde siempre, 

desde todos los tiempos.

No puedo coincidir 

las fechas con los sucesos

mientras la memoria 

juega a las escondidas.

Por un lado aparece 

entre romances y aventuras

mezclando rostros, 

paisajes y circunstancias.

Dudo en saber cuando fue 

o quien me acompañaba

y entre tantos devenires 

me siento como un fantasma

que pasó su vida en historias 

jamás nunca antes contadas.

No me ayudan las palabras

y esta hoja desesperada

esperando que en ella algo escriba

se parece al espejo 

que mi imagen no refleja

y me sigue creando la angustia

de no poder encontrarme.

Daniel Valdman.

Longevo

Quedaron en el camino
las huellas del pasado
y es tanto lo que he andado
que la memoria me es pobre.

Una sonrisa que he robado

de un rostro sin nombre

pues me aparece la imagen

que no me recuerda cuando

ni siquiera en donde.

Mientras el tiempo vuela

y la memoria se arrastra

me son imposibles las fechas,

los nombres, las circunstancias

y un monton de anécdotas

que entre ellas se mezclan

en un presente velóz

que no puedo controlarlo.

Es el precio de haber vivido

ya llegado a longevo

cuando muchos ya se han ido

y yo, rememorando sus historias.

Daniel Valdman.

Manifiesto

¡¡¡¡ EL PUEBLO UNIDO
JAMÁS SERÁ...........!!!!
Y fueron cayendo las banderas

al embiste de las metralletas

dejando muertos y heridos

en las calzadas y en las veredas.

No hubo iglesia que amparara

a los que tenian que ser socorridos

mientras todas las puertas cerraban

al igual que las ventanas

para que no entrasen las balas

que buscaba sacrificios.

Se pedía paz, se suplicaba trabajo

y de un solo tajo

los poderosos enviaron la fuerza.

Nadie quería escuchar

las voces que manifestaban

contra la avaricia acumulada

en los bolsillos de los dirigentes

pues se les cortaría de repente

la herencia para sus gentes

en generaciones millonarias.

¡¡¡¡EL PUEBLO UNIDO...!!!!

Y si, se juntó el pueblo

para levantar a sus muertos

tras semejante masacre

que solo pidieron pan

para alimentarse

y trabajo para ser dignos.

Daniel Valdman.

Reflejo

El espejo,
antiguo guardián del tiempo
donde se ven las cicatrices
que fueron dejando las circunstancias

donde dolores y alegrías

fueron dejando sus marcas,

para que la memoria no olvide

lo que se ha vivido

y de que el tiempo pasa.

El espejo,

reflejo de una  mirada

que le cuesta verse a los ojos

quizás, para no encontrarse el alma.

Juzgado, juez y escribano

de todas las andanzas

con un solo culpable,

inocente de mil batallas

sin argumento ni palabras

que justifiquen su comportamiento.

La realidad está allí,

justo frente a la mirada

que mira sus mismos ojos

de toda una vida pasada

sin tener otro testigo

más que el que se mira a si mismo

en ese neutral reflejo

con el temor de ver en sus ojos

todo lo que ha vivido

sin darse cuenta que acaso,

solo es un espejo.

Daniel Valdman.

Excusas

Transcurre el tiempo 

en nuestras vidas

y en lo que más lo gastamos

es en esperas.

Esperas para que nos atiendan

con múltiples excusas

para justificar el tiempo 

que nos han robado.

Se apropian de nuestras vidas

porque tambien estuvieron esperando

y el anterior que habría llegado

también tuvo que esperar

que lo atiendan

y se forma así la cadena

de todas las esperas

que se fueron acumulando.

Entonces, cuál es el afán

de llegar temprano

si todo el mundo

se quedó esperando

y las horas pasan

sin darnos cuenta

de que uno llegó tarde

y fue el inicio de todas las esperas.

Que los semáforos no funcionaron.

Que pasó algo en la carretera.

Que el niño no hizo la tarea

o que se quemó 

lo que estaba cocinando.

Que no llegó el lechero,

que se derramó la tinta

y no salió ni con el agua bendita

la mancha que hubo dejado.

Millones de excusas pueden darse

que al final nos roban un tiempo

sin que lo hayamos vivido.

Daniel Valdman.

Nieve

Al calor de la hoguera
nos defendemos de la nieve

siendo el calor de las almas

que en el abrazo nos conmueve

haciendo que el sentimiento gobierne

el espacio que ocupamos frente al fuego.

Apretamos los cuerpos fuertemente

para que se sientan 

tras las prendas las pieles

y los latidos inciten a los labios

diciendo sin palabras

lo que los corazones quieren.

Entre caricias desaparece el frío.

La intención del amor

es más fuerte que la nieve.

Los abrigos sobran,

las cobijas desaparecen

y los besos arden 

al compás de los leños crujientes.

Vuelan las almas 

elevándose a otros mundos

creando primaveras 

entre inviernos muy crudos

haciendo de dos curpos solo uno

en el acto de amor más puro

en el silencio profundo 

entre gemidos y besos.

Daniel Valdman.

Escarcha

Tibio el Sol no calienta.
Tras las nubes
se imagina su presencia
pero el egoísmo de la niebla
no lo deja hacer su trabajo.

Brilla la escarcha

en el día nublado

y la sensación de frío

se hace más intensa.

La helada en los campos

trae las consecuencias

de la cosecha tardía

por la crueldad del invierno.

Hay que esperar,

aún es largo el día

y cuando la escarcha se derrita

habrá agua para la tierra.

Y así es la vida,

deseando que mejore el clima

y en la situación precisa

iniciar la cosecha.

Se ha sembrado más que frutos,

actitudes, pensamientos,

caricias con amor,

palabras de aliento.

No solo araron las manos

sino que también entregaron

ayuda al necesitado

y se recibieron sonrisas a cambio.

El manto de la amistad

cayó abonando las almas

dejando surcos de esperanzas

de que la cosecha saldrá buena.

Si, aún el Sol se esconde

por el egoísmo de la niebla,

pero su luz se adivina

por más espesas que sean las tinieblas.

Daniel Valdman.

Otoño

Otoño.
Se van dorando las hojas
anunciando su pronta caída

mientras la cabellera es más cana

y la agilidad más perdida.

Se hace más lenta la vida,

se fueron consumiendo los afanes

y la paciencia crecida

le da su espacio a todas las cosas.

Ya hay menos tiempo 

para realizar los sueños,

esos que se tuvieron

en juventudes no lejanas

mientras el futuro incierto

pasó a ser historia.

Ya es otoño,

las hojas doradas lo demandan.

Necesitan caerce de a poco

para que otras verdes renazcan

aunque el invierno se aproxime

con sus vientos y nevadas

haciendo que las caminatas

sean cada vez más pesadas.

Si, aún es otoño

y mis sueños todavía viven

como aferrandose al árbol

para que sus hojas no caigan.

Daniel Valdman.

Jardín

Floreció el jardín
abonado por tu cariño.

No hay planta que rehuya

a mostrar su belleza

como las flores de mi alma

que de tu sonrisa se alimentan

y que con una simple mirada

abren sus pétalos para abrazarte.

Así de buena es la tierra

con el abono que derramas

acariciando a cada mata,

quitando las hojas secas

como quitas las angustias

que como maleza

se apoderan de mi alma.

Y florece el jardín

que desde la madrugada espera

la caricia de tu mano

como dando los buenos días,

agradeciendo su existencia

a cada semilla que siembras,

en cada beso de la mañana.

Daniel Valdman.

Compartir

Saben dulces tus labios
al contacto con los míos

y el aroma de tu piel

embriaga mis sentidos.

Soy adicto compulsivo

a esta borrachera

haciéndome perder la cabeza

simplemente con pensarte.

A veces sueño que te beso

y me quedo saboreando 

esa fantasía

obligándome a despertarme

para ver que estás a mi lado

y al encontrarme con tu mirada

se que soñamos lo mismo.

Aún es noche.

Cómplice la Luna

del amor que nos sentimos

en el placer de tantos años

compartiendo el mismo lecho.

Y a pesar del tiempo transcurrido

sigo soñando contigo

despertándome de madrugada

para ver si en tu mirada

compartimos el mismo sueño.

Daniel Valdman. 

 

Ausencia

Hoy no tengo inspiración.

Me ha abandonado.

Solo tengo la imagen 

de tus ojos claros

que esperan con impaciencia

los versos que hoy no escribo.

Dibujaría el amor

con los trazos de la pluma

para satisfacer las ánsias

de tu alma inquieta

por conocer las palabras

que la inspiración no me deja

pues el vacío de su ausencia

limita mis pensamientos.

Y por eso hoy te escribo

por mucho que te ame

contándote que al poeta

no le fluyen las rimas

ni tampoco trajo flores

para robarte una sonrisa

ya que las palabras en su huída

se llevaron la expresión 

de lo que siento.

No, hoy no tengo inspiración

y es mucho lo que lamento

dejar la hoja en blanco

sin decirte que te quiero

aunque tenga el corazón abierto

a la búsqueda de algún verso

que pueda crear tu alegría.

Daniel Valdman.

Navegante

Navego por la ribera de tu rostro
sorbiendo tanta ternura
sin saber si realmente merezco
poder disfrutar de tu belleza.

No son tus rasgos, ni siquiera tus ojos,

es el cariño que emana

la pureza de tu alma

por lo tanto que la adoro.

La belleza está en la mirada

que a veces, siendo seria,

hace más brillantes tus sueños.

No se por donde vuelas

y no quisiera molestarte.

Solo deseo abrazarte

para que sientas que no estás sola.

Que mi cariño te acompaña

por donde quiera que vayas

aunque te quedes aquí pensativa,

quizás ocultando la sonrisa

que a mi alegría alimenta.

Y yo, esclavo de tu belleza,

te miro soñándote

por lo mucho que te ame,

no se si merezco disfrutarte

mientras estás conmigo

o me encuentre solo.

Daniel Valdman.

Reloj

Se alteran los minutos
cuando entre tus brazos
pretendo que sean horas
días, meses años
sin querer soltarnos
del calor que nos une.

Corre el tiempo sin pensarlo

porque no le importa

que deseamos ser eternos

sin despegar nuestros labios,

de las caricias sin apartarnos

ni de quitar nuestros ojos

para disfrutar de las sonrisas.

Cuanto es lo que te amo

que deseo detener el Sol

y todos los demás astros

para dejarlos quietos

sin marcar el tiempo

y que así no pase

mientras nos amamos.

Detener el reloj en un beso,

sentir que bailamos entre las estrellas,

gozar cada instante de tu aliento

mientras nos adueñamos de los cuerpos

y compartimos nuestras almas.

Si, como quisiera detener el tiempo

cuando estoy entre tus brazos

que no concibo otro espacio

donde sentir que vivo.

Daniel Valdman.

Retrato

Me detengo un buen rato

mirando el rostro

de la mujer en el cuadro

e imagino la historia

del pintor con el retrato

llena de pasión y angustias

que delata cada trazo

en el lienzo que parece

ser pintado con sangre.

Cuanto amor hay en los ojos.

Cuantas caricias en sus manos

como si quisieran liberarse

escapándose del marco

para posarse en la piel

de quien la está retratando.

Al borde de la locura

parece que fue pintado 

como si fueran besos

que recogió de la palestra.

Sumergido estoy

en la historia que imagino

que quizás esté viendo

mi propia historia

sin pincel y sin brocha

pero llevando mi alma

con el corazón roto

a trazos de poesías

que la pluma dibuja.

Daniel Valdman.

Ave

Desde el alba, muy temprano
remontan las aves buscando calores.

Es muy largo su peregrinaje

cambiando algunas de continente.

Saben el día y la hora exacta

para apropiarse de los cielos

conociendo bien el destino

para continuar con la vida.

Y vuelan con ellas mi fantasía

montada libre sobre sus plumas

recorriendo valles, selvas y montañas

buscando el lugar donde sembrar el nido

jugando con las nubes en el recorrido

entre diversos idiomas y mundos

hasta ahora por mi  desconocidos.

Soy libre de leyes y fronteras;

más que los mares no hay barreras

que posean un nombre o bandera

adjudicando pertenencias.

Nada es mío en la libertad absoluta.

El que está a mi lado es mi vecino

compartiendo juntos la misma tierra,

recorriendo el mismo cielo,

los mismos inviernos y primaveras

tratando de superar el hambre,

las lluvias y las tormentas.

Es muy grande mi fantasía

que va montada en las alas de las aves.

mientras que en el suelo de esta tierra

no les importa que corra la sangre

creada por la ambición, la codicia y la apetencia

borrando así cada semilla de esperanza.

Y por eso vuelo

en mi imaginación extravagante

porque prefiero ser ave,

adueñándome de los cielos

sin fronteras ni barreras

en búsqueda del destino

donde se continúa la vida.

Daniel Valdman.

Poeta

Y vendrá la rosa abierta

a posarse en tu almohada
para acompañar las maravillas doradas
que en tus sueños se fermentan.

Pétalo a pétalo abrirán sus puertas

invadiéndote con su perfume

y una sensación de inmenso cariño

se adueñará de tu cuerpo

entre la piel y las cobijas.

Nunca te sentirás tan libre

navegando por los sueños

como si fueras un ángel

recorriendo las estrellas

y la sonrisa despertará en tu cara

sin que dejes de estar dormida.

Tendrán música las palabras,

todo será poesía

que un ilusionado poeta

inventará para tu alegría

y quizás se introduzca en tu sueño

porque todo es fantasía

aunque tu no lo sepas

y el poeta, tampoco.

Daniel Valdman.

Amanecer

Y comenzó un nuevo año
con pañales y mantas arropado,
trayendo muchas ilusiones 

y mayores esperanzas.

Nuevos caminos que transitar

en cada hora de los nuevos días

aunque parezcan que son rutina

siempre hay algo que rescatar.

Los nombres no se han cambiado,

el Sol como siempre brilla.

Las oportunidades al alcance de la mano

aunque no las veamos

están allí siempre listas.

Hay que despabilarse,

estirar los brazos,

los cordones bien amarrados

y seguir hacia adelante.

Los sueños nos están esperando

y el amanecer es motivo 

para no quejarse,

El café humeando y caliente

con un buen saco de abrigo

abriendo las ventanas del alma

para que entre el aire limpio

y ver mas cercanos 

los sueños y las ansias

e inflando el pecho

convencernos que se puede.

Un nuevo año y un amanecer distinto.

Sigamos el camino

que la vida nos alcanza.

Daniel Valdman.

Máquina

La nueva hoja del calendario
cambia el último número
iniciando el primer cuarto de siglo
en el nuevo milenio. 

Cuantas cosas han cambiado

en tan poco tiempo.

Hasta se inventó un sistema

para no recurrir al pensamiento

sometiéndo al ser humano

a la máquina que lo sabe todo.

Sabrá ella de sentimientos?

Sabrá de caricias y de sueños?

Tendrá idea de lo que es un beso

o la paz que entrega un fuerte abrazo?

Sabrá sentir lo que es dar la mano

o en la angustia ponerla en un hombro?

Ya es un cuarto de siglo

en la medición de los días 

que se van contando

en la historia del mundo

que no mucho ha cambiado

pues el hambre sigue,

la ambición no descansa

y se continúa fabricando armas

para destruir lo que se ha creado,

al igual que en el siglo pasado

o desde que Caín 

inventó la muerte.

Daniel Valdman.