ya he dado el primer paso,
el segundo, el tercero, el cuarto.
Me pertenecen los sueños del camino
sin tener un destino fijo
solamente el horizonte,
de donde sale el Sol,
en donde duermen las estrellas.
He de llegar a mi meta
cuando ya no me quede calzado
y mis pies agotados
no puedan dar otro paso.
Estarán mis botas llenas de polvo
traido de campos y ciudades
y algún perro curioso
me acompañará en los senderos
buscando cariño, abrigo y algún hueeso.
Seré feliz tan solo con la mochila,
liberado de todas las pertenencias
que esclavizan y pesan
sin dejarme llegar más lejos.
Y quiero ir al inicio de los tiempos
cuando la libertad comenzaba
sin tener casi nada,
solamente lo puesto.
Daniel Valdman.
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