Noticias

Suspendida por una hebra

se está por caer la hoja.

Serán las últimas noticias,

no saldrán periódicos mañana

y los reyes del zodíaco

contarán los designios

para el año que comienza.

Los pobres terrenales,

que no saben leer las estrellas,

se aferraran de las ilusiones,

de los presagios, de las esperanzas

deseando que estarán

más cerca de sus sueños.

Y al segundo día,

después de tanta algarabía,

se vuelve a coger la pala,

el pico, la labranza

porque las bocas 

hay que alimentarlas.

No, no habrán noticias mañana

y quizás esta sea

la mejor de las noticias.

Daniel Valdman.

Bendiciones

Mañana termina el año
y pasado será uno nuevo

quizás con los mismos anhelos,

seguro con renovadas esperanzas.

Quizás soñando los mismos sueños

que no lograron alcanzarse

en el calendario que se acaba.

El tiempo, qué es lo que marca?

Los minutos vividos,

las experiencias que nos faltan,

los errores cometidos,

los amores fallidos

o las caricias ganadas?

Se brinda por lo que fue

como una carrera ganada.

Será que festejamos

que aún estamos vivos

para subir la copa de vino

dándole paso a la esperanza?

Si, el fin del año que se acaba

entonces, emborrachemos nuestras almas

para ser por un momento sinceros

dándole un beso a quien queremos

con un abrazo y un gracias.

Ya llegó el fin de estos versos

y a todos les deseo

un muy feliz año nuevo.

Daniel Valdman.

Comienzo

Humea el café en mis manos

mientras los pensamientos que divago

se mezclan entre si hasta encontrarte.

La caricia que con tus labios

me diste en la mejilla

se me quedó prendida

despertando sentimientos.

Desesperado quise ir a buscarte

y me quedé clavado en la silla.

Tuve miedo del rechazo

ansiando tenerte entre mis brazos

sintiéndote muy dentro mío.

Fue un instante

en que me quedé esperando,

todavía no se que milagro

ante mi cruel cobardía

que me obligó a pararme

abandonando la silla,

el café humenate

la inocencia perdida

y fui a buscarte

para no abandonarte

por el resto de la vida.

Daniel Valdman.

Recuerdos

Quise detener el tiempo
y guardé una a una
cada hoja del calendario.

Y en cada trozo de papel 

que miraba

veía un pedazo de mi historia.

Recuerdos imborrables,

algunos un poco locos

como yo en este momento

en que me río solo

o me emosiono

con una lágrima que se resbala.

La vuelta del reloj

sigue y avanza.

Ya se acerca otra hoja

para guardarla

y el baúl se va llenando

de sueños, alegrías, esperanzas

y de desiluciones superadas.

Pasa el tiempo

que voy guardando en la memoria

de besos que aún siento,

de abrazos entibiándome el alma,

de unos ojos bellos

con profundas miradas

y de corazones abiertos

prometiéndose todo.

Si, he vivido

y de todo he disfrutado

hasta de la palabra que no se dijo,

hasta el adios inesperado

del que quedó suspendido

a la espera de un reencuentro.

Y el baúl se seguirá llenando

mientras tenga un soplo de vida.

Daniel Valdman.

Amanecer

Se despereza el Sol
extendiendo sus rayos.
La luz invade
la oscuridad nocturna
mientras las aves cantan
alabanzas al nuevo día.

Partícipe soy de este paisaje

como fiel espectador de la vida

adueñándome del instante

en que todo se ilumina

y los colores brillan

ya bañados por el rocío.

Comienza la existencia

desde el firmamento

con coros de sonidos

al entrar todo en movimiento

que como pintándolo en el lienzo

trato en palabras reproducirlo.

Imposible se me hace.

No existe diccionario

que abarque tanta belleza,

por más palabras que se quiera

explicar el acontecimiento

al iniciar un día nuevo

trayendo tantas esperanzas

mientras las aves cantan

dándole gracias a los cielos.

Daniel Valdman.

Fiesta

Se impone la alegría

en las fiestas decembrinas

con los más grandes deseos

de una mejor vida.

Flotan las bendiciones y promesas

como para limpiar un poco

las que no fueron cumplidas

en el año que se aleja.

Abrazos, besos y sonrisas

con la mesa bien servida

incitando a los ojos

el querer probar de todo.

Noche de jolgorio

dejando a un lado las penas

y cada motivo es un brindis

pasándose las botellas

hasta que la mente ya no sepa

lo que se está festejando.

Llegó la mañana del nuevo día

y los dolores de cabeza

nos recuerdan lo bueno de la fiesta

y de lo bien que se ha pasado

volviendo al quehacer cotidiano

sin voluntad y sin sorpresas

deseando cumplir las promesas

antes de que llegue 

el próximo año.

Daniel Valdman.

Hipnótico

Golpea el agua embravecida
muy fuerte contra las rocas
formando lluvias de espumas
con mil colores y formas
robándome la conciencia
e hipnotizándola 

para otros universos.

Siento que el agua me salpica

y no puedo moverme

del malecón que me sostiene.

No se si estoy de pie

o flotando en la espuma

que en cada golpe del agua

se abre como una mano

para aferrarme a su encanto.

Estoy atrapado en su magia.

La mar pide mi sentimiento

y sin poder realizar 

ningún movimiento

me dejo llevar por el alma

que flota en su espuma.

Daniel Valdman.

Alma

El abrazo que se escapó
sin motivo.
El beso intrépido
que sorprendió mi mejilla.

La sonrisa audaz

de las travesuras

que se dibuja en tu rostro

alegrándome la vida.

Estoy expuesto a tus caprichos

porque soy cómplice de tu alegría

devolviendo el beso en tu mejilla

y un te amo en la mirada.

Abandono mi quehacer,

tu antojo se justifica

ante la invitación a las caricias

que el sentimiento obliga

mientras la razón perdida

me hace apretarte entre mis brazos.

Se hacen reyes los besos,

las manos recorren los cuerpos

y tu intención triunfa.

Ya no soy dueño de mi, 

soy esclavo de la aventura

al lanzarme al sentimiento

dejándome llevar por tus labios

ahogándome en los te quiero

que entre suspiros se escapan

poniendo mi alma en tus besos.

Daniel Valdman.

Estaciones

Va cediendo la primavera
ante los vientos de otoño
dorando todas las hojas
al igual que nuestros cabellos
en vez de tornarse color oro
se visten plateados como las nubes.
Es que cada día
estamos más cerca del cielo
no por ser astronautas,
sino, simplemente la vida.

Así como la rosa se marchita

escondiendo su belleza en el recuerdo

de lo que fuimos pasamos a ser historia 

regando la tierra con más pétalos

que se nos caen en el camino

estirando cada vez más

el llegar a la ultima hoja del calendario.

Soplan fuerte los vientos de otoño

haciendo más difícil dar cada paso

y la verdad es que estoy apurado

para que no me alcance el invierno.

Daniel Valdman.

Fiestas

Despertaban los aromas

de las fiestas navideñas

con sus perfumes de pan dulce,

de chocolates, de sidras

y sobre todo de alegrías

a la llegada de fin del año.

Todo el mundo bendiciendo en las calles

ya casi sin palabras

sino con simples sonrisas.

Se vestían de luces y guirnaldas

cada casa en cada ventana

para compartir con todos

la alegría que llegaba.

Pero la vida nos cambia.

En el barrio ya no hay casas

y con los edificios construidos

albergando a mucha más gente

se perdió el conocimiento del vecino,

no se sabe quién vive enfrente.

Se perdió la reunió en la esquina

para comentar las noticias

ante un sol que ya no existe.

La ciudad ensombrecida

debido a las altas torres

no pone luces de colores

en las oscuras ventanas

porque para estas fiestas

los habitantes buscan la naturaleza

que se ha perdido en las calles.

Si, llegaron las fiestas

y la ciudad, solitaria.

Daniel Valdman.

Olas

Viajando entre tiempos
trayendo los recuerdos,
más que escenas, sentimientos
cubriendo el espíritu de nostalgias.

Entre caminos las rosas

de caricias amorosas

y en el aire los besos

que se dieron a cada paso.

Miradas, momentos,

angustias de haberlo disfrutado

tras estar aquí sentado

mirando las estrellas

escuchando la música más bella

interpretada por las olas.

Calmo el mar

sin destino en la mente

creando nebulosas consientes

de sueños quizás realizados.

Y en este estado navegando

en océanos de nostalgias y recuerdos

tirita la piel ante el beso

que aún siento en mis labios.

Si, he vivido

y sobre todo, he amado

y estoy contento de la vida

porque sobre todo lo que he dado,

lo mismo he recibido

para poder seguir amando.

Daniel Valdman.

Manojos

Guardo en el silencio

manojos de caricias

sin perder la fantasía

de tenerte entre mis brazos.

Sumergirme en tus ojos

llenándome de tu rostro

sin escapar ningún detalle

para no perder tu imagen

a lo largo de mi vida.

Estar contigo y soñarte

sin querer salir del sueño

que me hace amarte

asi en el silencio

porque no alcanzan las palabras

para contarte lo que siento

cuando pienso en ti

y se inunda mi pecho

de más manojos de caricias

que sigo guardando en el silencio.

Daniel Valdman.

Bala

Quienes son bendecidos,

los que atacan, 

los que se defienden?

Escucharan los Cielos

las súplicas y plegarias

o dejarán al albedrío

los resultados de las batallas?

Cuánto hay que pensar

para disparar una bala?

Cuántas historias se acaban,

cuántos sueños incumplidos,

cuántos desesperados gritos

que no llegan a ningún oido.

No es un bando ni es el otro,

es la locura del poder,

de la ambición, de la riqueza

que a todo el mundo atormenta

para satisfacer las ánsias de unos pocos.

No existen los motivos,

todas son vanas escusas

para regar con la sangre de otros

los campos de cultivos.

No importa el uniforme o la bandera.

Los que manejan las guerras

siempre se escudan tras escritorios.

Mientras los combatientes

sin tener motivos propios

van dejando la vida

mientras a nadie le interesa.

Daniel Valdman.

Rosal

La rosa ya abierta

no soportó el peso

que la lluvia en tormenta

cargó con agua su cuerpo.

Los pétalos desparramados

dieron cuenta de un mejor pasado

cuando su belleza lucía

en el jardín de la esperanza

sobre las demás flores haciendo gala,

pavoneándose con las mariposas.

Mucha tristeza cayó a mi alma

aunque haya otros capullos

por abrirse esperando su turno.

Pero esta rosa tan grande,

orgullo para mis ojos,

me mostró que todo se acaba

para después seguir creciendo.

El rosal en pie sostiene

nuevos hijos, nuevos sueños

lo mismo que nosotros anhelando

mejor futuro para ellos,

pues son la herencia que dejamos

deseando de que sean

mucho mejores que nosotros.

Daniel Valdman.

Antiguo

Se va agrietando la piel.
Las heridas se demoran
mucho más en cicatrizarse
y los golpes también
tardan más en alejar sus dolores.

Ya no te puedo dar

el mismo amor de mis juventudes

pues también se han ido

la intrepidez y la valentía

con que enfrentamos la vida

hace ya tantos años.

Otros culminarán nuestras aventuras.

y la pasión de nuestros besos

la hemos cambiado

por la travesura de un chocolate.

Ya no necesitamos decir

cuanto nos amamos

pues con tan solo mirarnos

nos identificamos 

en el mismo sentimiento.

Ya no salimos corriendo

a satisfacer algún deseo

sino que caminamos despacio

quizás para saborear un helado

o para disfrutar 

la belleza del ocaso.

Si, los tiempos nos fueron cambiando

pero aún así, con tanto progreso

nos seguimos amando,

tomados de la mano

y de vez en cuando, 

un beso.

Daniel Valdman.

Tiempos

Pasa el tiempo.....
De mi generación
cada día somos menos

pero nos mantenemos unidos

en cada uno de los recuerdos.

No tengo con quien compartirlos,

la vida me ha llevado lejos

teniendo cada día

amigos y conocidos nuevos

que fabricarán otras historias

que alguna vez estarán

también en los recuerdos

de los que van quedando

más allá de nuestra existencia.

Si, el tiempo pasa

y van quedando los sentimientos

aún quemando sus llamas

porque donde hubo amor

ese fuego jamás se apaga.

Y se van sintiendo en la conciencia

los labios de esos besos

creando caricias eternas

y que uno no sabe

habiendo marcado su huella

por qué quedaron en el camino.

Y están mis brazos

como fieles testigos

de haber abrazado tantos espíritus,

habiendo besado tantas almas

y darme cuenta que en este final

solo amé a la vida.

Daniel Valdman.

Mirándote

De lejos te miraba

revolotear en la casa

arreglando, acomodando, decorando.

Mirando dos veces

para asegurarte que te convence

y para ver tu imaginación realizada,

te recuestas en la cama

para soñar el próximo movimiento.

Y de todo eso no me quejo

porque en tus artísticas manos

creas los mejores espacios

aunque de verdad, no tengamos nada.

Hasta el café de tí sabe distinto,

con un aroma especial,

con un gusto tropical

como si hubiera sido

recién cosechado.

Porque en tí todo es nuevo,

las paredes, los cuadros

que con moverlos un poco

ya cambian nuestro paraíso.

Te miro de lejos y pienso

en la suerte que he tenido

que en el andar de la vida

te he encontrado en mi camino.

Daniel Valdman.

Profundidad

Entré en las profundidades
del sentimiento

Hasta encontrar tu alma

que me aguardaba.

Es tan tibia, tan blanca

que dejó a mi corazón 

sin aliento.

No pude resistir

querer darte un abrazo

con la misma alma 

que te buscaba,

pero en el amor 

somos etereos,

sin cuerpos,

solamente sentimiento.

Mi egoísmo te quiso presente,

la ansiedad me atacaba

y una caricia tuya

a mi espíritu le puso calma

diciéndome que me amas

y que eres feliz

al sentirte amada

aunque no tengamos cuerpos, 

aunque solo seamos etereos,

tan etereos como las almas.

Daniel Valdman.

Eternidad

Te busco y no te encuentro.
Mi voz quebrada respetando el secreto

trata de escuchar de tu nombre el eco

y solo recibo la angustia del silencio.

Entonces te dibujo en las estrellas,

en la danza de las olas

o en el correr de las hojas

arrastradas por los vientos.

Se que estás escondida 

entre las sombras muy metida

que acarician mis recuerdos

mientras me llenan de besos

las brisas que traen las aguas.

Y en la imagen que creo en el cielo

es tu sonrisa que mi angustia calma

creandome la esperanza

de en esta vida encontrarte.

Y si me es imposible hallarte

viajaré al otro mundo

donde el tiempo me arrastre

porque un amor como este

ha de vivir eternidades.

Daniel Valdman.

Amaneciendo

Se está acabando la noche
y en mi desvelada nocturna
te atraigo como un sueño
quizás, para que me acompañes
durante todo el día.

No dejo de pensar en tu sonrisa

o en la suavidad de tu piel

estremecida por mis caricias.

En la entrega impúdica 

al levantar la cabeza

como desafiándo al beso que ansías

y en la inmoralidad pervertida

al apretar tus senos contra mi pecho.

Si, no dejo de pensar en ti

y en esta noche que se acaba

quiero estrecharte entre mis brazos

estirándolos como si estuvieras presente

apretando el vacío reinante

contándome que eres un sueño.

No, no me arrepiento de mis pensamientos

porque es también

una manera de tenerte

aunque mis brazos estén vacíos

y tu presencia, ausente.

Daniel Valdman.

Beso

Te tomo la cintura

atrayéndote hacia mi pecho.

Las miradas se cruzan

buscando la profundidad de los ojos

mientras se dicen palabras sin sentido

porque está muy claro el motivo

del que estemos así enfrentados.

Se escapan las sonrisas.

No hay lugar para los gestos

y nos mantenemos en el juego

que abre los sentidos

mientras se aproxima el beso

con el que queremos conquistarnos.

No deseamos romper este momento

y lo estiramos tanto

hasta que la ansiedad estalle

subiendo mi mano de tu talle

apretándote más la espalda.

Ya estamos cerca 

del momento culminante

porque los labios se humedecen

y los poros vibrantes

aproximan más los rostros

sin otro motivo que el sentimiento.

Entonces, llegó el beso

y con él compartimos

ya hace toda una vida.

Daniel Valdman.

Alzaimer

Es tan buena mi memoria

que me olvido de las cosas

sin saber dónde las pierdo.

Creo que lo tengo puesto

y reviso los bolsillos

sin hallar lo que busco

que hasta a veces me olvido

de lo que estoy buscando.

Ya no se si son anillos

o quizás un tornillo

o las gafas que no encuentro

y se me hace más dificil

descubrir lo que no veo.

Buena memoria la mía

que me lleva de aventuras

a lugares que hace tiempos 

no he recorrido

en la búsqueda de algo

que hasta ahora me he olvidado

sin entender lo que hago

pues he perdido hasta el motivo.

Y rebusco tras el calendario,

tras el reloj que marca su paso

y el tiempo se me va

quizás junto con la memoria

pues no se a qué hora

yo me haya perdido.

Bueno, a descansar se ha dicho,

tras tanta fatiga

de buscar lo que no encuentro

y en el sillon donde me siento

las gafas me hacen estorbo

y con ellas el tornillo,

el destornillador

que todavía no se

para qué los quiero

y la conciencia

que por lo general la pierdo.

Daniel Valdman.

Cielos

No se sacia mi paladar 

con el sabor de tu piel

y el perfume de tus cabellos

enreda mi cerebro

sin querer respirar otra cosa.

Eres un ángel 

tendido en el lecho

esperando que 

las alas de mi amor

te inciten al vuelo.

Y volamos por cada poro,

por cada suspiro

para quedarnos sin aliento

y a nuestros cuerpos 

seguir sometidos

buscando la libertad

de tenernos más juntos,

hasta que salga el gemido,

hasta que tus uñas me rasguen

y hasta que mi beso te calme

tanta pasión guardada.

Daniel Valdman.

Café

El humo del cigarrillo

se perdió en el infinito

de recuerdos y nostalgias.

Cuántas mesas de café

sin compartirlas

en la soledad austera

en pensamientos,

en historias no acabadas,

en caricias no dadas,

en besos esfumados

y en palabras no dichas.

Cuánto arrepentimiento

hay en el alma.

Cómo hubiera sido la vida,

cómo todo hubiera cambiado

si en un solo acto

hubiera faltado la cobardía

sobre un futuro invisible

cargado de temores

de atarse a una caricia,

a unos besos, 

a una sonrisa.

O a compartir el mañana

con alguno quizás

entre tantos nombres.

Ya no hay remedio.

Solo se sabrá

remontando recuerdos

y llenándolos de fantasía.

Daniel Valdman.

Poema

Estaba desprevenido
y me atacó a mansalva.

Sin piedad se apoderó de mi cuerpo

casi sin dejar espacio 

a que respirar pudiera.

Me tomó por la nariz,

inutilizó mi garganta

y los músculos doloridos

no opusieron mayor resistencia.

Me arrancó la voluntad,

me tendió en el lecho

y en cada movimiento

hacía notar su fortaleza.

Los escalofríos me impedían

pensar con sabiduría

para encontrar la experiencia

que me libere de este tormento

al no dar luz al pensamiento

y así encontrar una respuesta.

Su ataque por sorpresa

me dejó sorprendido

inutilizando los motivos

haciendo inutil mi existencia.

Y así la gripe férrea

dominó las ideas

que quizás pude haber escrito

en un nuevo poema.

Daniel Valdman.

Invierno

Frios intensos
en estas madrugadas.
Ni los abrigos ni el movimiento

pueden auyentarlos

pues se congelan las manos

y tirita todo el cuerpo.

Solo el calor de la taza

con su líquido casi hirviendo

y el sabor dulce 

del azucar que se le haya puesto.

Y en la mente,

un solo pensamiento.

Un corazón que poco a poco

va creciendo

como un manto de cariño

entibiando el alma.

Y son tus caricias mi amada

que del frío me están protegiendo

por mi tarea preocupada

a la intemperie en el crudo invierno.

Y en ese pequeño espacio

que para mi es todo el universo

encuentro el calor que me envías

con tu caricia en mi sueño

dándome la fortaleza

para seguir adelante.

Daniel Valdman.

Año nuevo

Y se preparará la cena

para celebrar el nuevo año

con las mismas promesas 

del anterior año

que serán tan incumplidas

como en el pasado.

Se pondrá la mejor vajilla,

el más bello mantel,

se lustrarán las copas

y se soñará con el brindis.

Rebosarán las bendiciones

entre alegrías y deseos

y se servirán en los platos

los manjares con amor hechos

deseando que los paladares

se sientan satisfechos.

El alcohol de todos los grados

pasará de mano en mano

hasta borrar los motivos

de lo que se está festejando.

Y así comenzará el nuevo año,

con un montón de deseos perdidos

entre copas de borrachos

ansiando que no termine

este nuevo día

que cambia el calendario.

Daniel Valdman.

Noche

Pinta la noche

un negro cielo.

Las estrellas no danzan

amparadas por el sueño

que las nubes cobijan

arrojando su rocío.

El silencio hace gala

de su voz callada

mientras las sirenas esperan

la hora señalada

para decir que llegó el tiempo

de iniciar el movimiento.

Oscura noche,

profundo el silencio,

ni siquiera el trazo de la pluma

crea el sonido al estar despierto.

Qué maravilloso es este momento

antes que la vida comience

tratando de hacer realidad

los últimos sueños

mientras la obligación descansa.

Daniel Valdman.

Síndrome de Estocolmo

Estoy por ti

sometido a un secuestro

amarrado al lecho

por cadenas de amor y deseo,

sin recibir más alimento

que el dulzor de tus labios

estremeciéndome en cada beso.

No, no puedo liberarme,

pues las cadenas suenan a mi intento

y pronta estás al acecho

para volver a conquistarme.

Y yo, atrapado en este encierro,

sin angustias ni miedos,

me abandono a naufragar

por las caricias con que me castigas

dejándome marcas en la piel

y muchas más en el sentimiento

sin pretender más anhelo

que seguir a ti encadenado.

Daniel Valdman.

Diciembre

Ya Diciembre,
último mes del año

y el tiempo sigue pasando

sin que podamos detenerlo.

Frente al espejo vi un rostro

que me costó reconocerlo,

tantas arrugas, casi sin cabello

que casi no pude definir

todo lo que he pasado.

Se fue marchitando

como la rosa en el huerto

donde pronto caerán los pétalos

que algún día dieron su belleza.

Las juventudes se acaban,

jamás volveremos a ser quienes fuimos

porque mientras dejamos todo en el camino

nos convertimos en otros,

quizás sin reconocernos

como lo dice el espejo

a quien le muestro mi rostro.

Daniel Valdman.

Ventana

Por un vidrio en mi techo

veo la belleza de la Luna

dándole claridad a mi alma

que la siento pesada y oscura.

No salen de los versos

las magias de las palabras

y ese brillo celestial

me da paz y esperanzas

en el día que se espera

aunque recién comienza

salpicándose con el alba.

Aún es noche sin estrellas

pues el fulgor del astro

verlas no deja

siendo ella la dueña

de todo el universo.

Y es increíble 

que por una pequeña transparencia

de tanta luz 

como para ocultar las estrellas

que esperan su turno

para ser partícipes del cielo.

Desde esa pequeña ventana

no se ve el firmamento

ni constelaciones ni sueños.

Solamente los blancos rayos

que alimentan mi alma.

Daniel Valdman.

Continuar

Pienso en ti
a costa de mis sueños

porque se hacen realidad

en cada suspiro, en cada beso

donde fue testigo el lecho

en la locura de nuestras pasiones.

Dejaron de ser fantasías

al hacerme dueño de tus sonrisas

y de todas las caricias

mientras las sigo sintiendo en la piel.

Me adueñé de tus labios

que saboreo todavía

aunque la noche haya pasado

y el sol marque un nuevo día

para seguir pensando en ti

y disfrutarlo.

En mi sentimiento no hay calma

porque el recuerdo empuja el alma

a no abandonar tus gemidos

ni las marcas en mi espalda.

Y a pesar que los sueños se hayan ido

la noche que hemos vivido

me llevan a querer

continuarla en la mañana.

Daniel Valdman.

Pensamiento

A veces pienso,
solo a veces

porque si profundizo

no siento

y yo vivo del sentimiento.

Porque el sentimiento

no se piensa,

se siente.

Como una magia

que se apodera

de cada sensación

que se pudiera tener.

Qué se puede pensar

sobre el perfume de la flor,

de los brincos de alegría

cuando el perro recibe la cricia

meneando la cola 

y en su boca

una enorme sonrisa.

Cómo se puede pensar

la suavidad de tu piel

o cómo puedo analizar

la pasión de tu beso.

Y por eso, no pienso

y no pienso

para mucho más sentirte.

Daniel Valdman.

Musa

Busco en el fondo del alma

la inspiración que cambia

tragedias por sonrisas

para enfrentar mejor la vida

que aturde y no calla.

Y me encuentro con tu caricia

que sin decir nada

regala todas las respuestas

que mi espíritu busca.

Una mano en el hombro,

un desliz en la mejilla,

una tibia sonrisa

de cariño y simpatía

y unos ojos audaces

invitándome al abrazo.

Y se torna transparente y claro

el universo con sus maravillas

descubiertas por ti

ante el tropel de mis angustias

convirtiendo las flores mustias

en jardines de alegría.

No hay mas remedio

que mi musa preferida

pues nunca faltas en mi pensamiento

cuando la inspiración no inspira

y tu canto de amor

me llena el alma de cariño.

Daniel Valdman.

Primaveras

El calor de tu cuerpo

hace más cálido el invierno

porque crea en el sentimiento

la ternura de tu ser.

Las primaveras que emana

brilla sin palabras

y con solo una mirada

pone soles sobre la nieve.

No hay mejor abrigo

contra el frío implacable

que con tus manos expandes

la caricia que me brindas

sobre las angustias de mi mente

cambiándolas por una sonrisa.

Y ese calor sin cobijas

crea jardines de fntasías

mientras afuera marchitan

los últimos pétalos de otoño.

Daniel Valdman.

Pasión

Desabotonaré tus prendas
como tu lo harás con las mías,

ojal por ojal, boton por boton,

sin prisas ni desesperos

e iremos desnudando las almas

hasta que la piel

solo se vista de caricias.

Suavemente y despacio

nos recostaremos en el lecho

mientras acaricias mi espalda

y mi pecho reciba tus senos.

Alisaré los cabellos sobre tu cara

y me inundaré de amor por tu belleza,

no la que irradia tu mirada

sino la que tienen tus sentimientos.

Y nos abandonaremos 

a la presión de los deseos

abrazo tras abrazo, beso tras beso

dejando que las sensaciones

recorran nuestros cuerpos

con la sed de poseernos

casi sin tocarnos, casi en silencio

con la música que surja

de los suspiros y gemidos

que fabriquemos.

El romance será muy tibio

tan tibio y suave como el terciopelo

y solamente las miradas

dirán cuanto nos amamos.

Daniel Valdman.

Infinito

Humea el café

en la taza caliente.

El calor a mis manos

combate el frío del ambiente

mientras la inspiración 

asomarse pretende

entre las letras de un verso.

Y pienso en ti

que muy abrigada

descansas en la cama

poseída por los sueños.

Y han pasado los años.

Qué lejos estamos

de las aventuras que enfrentamos

con el descaro de lanzarnos

arriesgando todo por el entimiento.

Cuantas ilusiones, cuantos anhelos

que algunos hemos logrado

entre caricias y besos

de los que hoy,

con los años encima,

endulzamos la mente 

con los recuerdos.

Y al tomarte la mano

con tanta historia de vida

siento el mismo cariño

tras juventudes perdidas

estando juntos en este idilio

que no se cuando empezó

quizás, en el infinito.

Daniel Valdman.