Saca todo por la ventana
quejándose del frío
aunque haya sol con brío
a esa hora de la mañana.
Entonces se pone su abrigo
y destiende la cama
porque hay que ventilarla
tras en ella haber dormido.
No le importa si es temprano.
Pone mi cariño a un lado
y sin darme una caricia
me dice vamos todavía
que la vida ha comenzado.
Hace rato que estoy vestido
preparando su desayuno
y cuando se lo traigo
extiende las cobijas
quejándose del clima
y con la bandeja en las manos
me quiere besar la mejilla
y yo haciendo equilibrios
tratando de satisfacerla.
Es desordenada mi reina
y me tiene enloquecido
con sus ires y venires
sin llegar a ningún lado.
Y si la apuro
me dice que es temprano
que hay tiempo todavía,
que tenga paciencia,
que aún le falta algo.
Y cuando la afano,
mirando el reloj desesperado,
siento realmente que la amo
también con su desorden
que enloquece mis sentidos.
Daniel Valdman
