sábado, 16 de mayo de 2020

Cosecha

Salgo temprano
a encontrarme con la labranza.
Las aves me acompañan
regalándome sus trinos
y los colores de sus alas.
La vida me sonríe,
la tierra me llama
porque sabe que en el cultivo
sembrado con amor y calma
encontraremos la esperanza
que alimente nuestras vidas.
Está lleno el sembradío
de los frutos que me regala.
Cada flor es una sonrisa.
Cada fruta una alegría.
Y a medida que cosecho
el esfuerzo del trabajo
pienso que me estás esperando
con los brazos abiertos
y un brillo en la cara
al ver que ya he vuelto.
Y es esa la mejor cosecha
de lo que estuve labrando.
Porque el amor que sembramos
se recoge en cada beso,
en cada caricia
que surja de tus manos
y en tu alma
que me llena de vida.
Daniel Valdman