Hoy también es festivo
como un año sabático
donde los días fueron iguales
parecidos a domingos.
No hay afanes,
se extienden los horarios
y la rutina ha cambiado
gracias al miedo del contagio.
Somos otros.
Mucho hemos cambiado.
Ahora solo vemos los ojos
de quienes pasan a nuestro lado
por una mascarilla
a la que estamos obligados.
Ya no hay besos en las mejillas
ni se puede dar la mano
y cambiamos los hábitos
a los que estábamos acostumbrados.
Somos otros, no somos los mismos
y la rutina que tuvimos
parece ser de antaño.
Pero el encierro y las distancias nos enseñaron
a valorar más a quienes están a nuestro lado
y quizás también, a sincerarnos
con nosotros mismos.
Y te amo, no por todos estos motivos
sino por todo el cariño
que aprendimos a darnos.
Daniel Valdman
