retumbando furiosa la tormenta.
Cada trueno, cada centella,
asegura los pasares
de malos momentos.
Y estás tu,
acurrucada y escondida en mi pecho
combinando el calor
que doy y recibo.
Entonces la paz vuelve
y la tormenta no importa.
La esperanza en el aire flota
de poder sanear adversidades.
Con solo tu caricia
y una palabra graciosa,
cambia el cielo,
se van las nubes
y vuelve a brillar el sol
en esta fantasía de vivir.
Siento tu calor
y se que todo es posible.
Porque el amor que te tengo
puede mas que los huracanes.