Me enamoré de tus defectos
de tal manera que dejaron de serlo.
De tus vueltas antes de acostarte
o de la búsqueda de cosas
previo de salir a alguna parte.
De tus angustias y tus penas
que de verdad no son problemas
sino caprichos de niña grande.
De lo remolona al levantarte
y de perder las cosas
cuando más las necesitas
o de cuando me callas
porque algo quieres contarme.
Me enamore también de tus virtudes
que son incontables
como el sabor de tus labios
en el beso que no esperas.
En la alegría cuando abres la ventana
y saludas al nuevo día
contemplando el jardín que tanto amas.
De la manera en que ordenas
los trastos de la cocina
mientras ansías mi abrazo por tu espalda.
Del amor que entregas en cada caricia
o cuando coges mi mano
en la oración de la noche
y la pones en tu pecho
para recibir mejor las bendiciones.
Me enamoré de lo que eres,
con todo lo que tienes
porque yo tampoco soy perfecto
pero en mi vida no hay nada más bello
que compartirla contigo.
Daniel Valdman
