percibo lo pequeño
que somos ante el Universo.
Naufrago entre estrellas
sin abandonar la Tierra
teniendo los pies
muy pegados al suelo.
La libertad de la mente
me transporta por senderos
descubriendo interrogantes
que solo conocen los cielos.
Y abandono realidades
para meterme entre sueños
tratando de llegar al lucero
que brilla en lo más profundo.
Y a medida que avanzo
en este devenir infinito
me lleno de sentimientos
que antes no había tenido.
Un calor intenso
va invadiéndome el cuerpo
a medida que me acerco
al lucero de mi destino
que va tomando forma
a la luz de mi sueño.
Un rostro, una figura,
una mano extendida
ofreciéndome una caricia
y el poder de la sonrisa
que me atrae, que me atrapa.
Y allí, en la inmensidad de los cielos,
mientras navego entre sueños,
me encuentro con tu alma
que me espera, me aguarda
para compartir juntos la vida.
Daniel Valdman
