de tu sonrisa,
de tus palabras,
de tus caricias.
Eres el alimento
que me impulsa a seguir
cuando me siento abatido
de luchar contra las injusticias.
Eres la magia de la fe
que me lleva
a no perder la esperanza,
que me enseña
que el amor no se acaba
y que debo continuar
hasta encontrar al fin
la equidad en mi alma.
Soy soldado rebelde
tratando de construir
un mejor mundo.
Y aveces me gana
la indolencia, la sevicia
y la mala voluntad.
Y por ello,
me alimento de ti
porque entre tus brazos encuentro
el motivo de la vida.