el fin se ve lejano
sin saber el resultado
de este voraz conflicto.
Cuánto vale la ambición
más que la sangre derramada
de la que no se entiende la causa
ni el motivo de la guerra.
Ya no está quedando nada,
solo escombros y pobreza
y la guadaña de la Parca
se entusiasma y se deleita
porque es la única que se alimenta
con el hambre que también nos ataca.
No solo se necesitan armas
para defender esta tierra.
Alimentos, medicinas
y más que todo, una esperanza
de que ondearán la bandera blanca
para acabar con esta miseria.
Aquí no hay vencedores,
somos todos vencidos
porque las almas que se han ido
imposible es recuperarlas.
No tengo orgullo
de matar al enemigo
porque si él no obedece,
seguro estoy que también lo matan.
No como nosotros
que al defender nuestra causa
también defendemos la vida.
Daniel Valdman.
