del porque nuestro encuentro
pero al tenerte entre mis brazos
se acaban todo los argumentos.
No existe razón alguna para quererte
ni tampoco para no hacerlo.
Pero soy esclavo de ti
sin pensarlo ni quererlo
sujetado por el sentimiento
que no busca motivos.
Y con eso me basta
que al encontrar tu sonrisa
se ilumine para mi la vida
y me surjan nuevas esperanzas.
