miércoles, 30 de diciembre de 2015

Senderos

Te tengo entre mis brazos
y me hundo en tu mirada.
Cuanta paz, cuanta calma
y me dejo llevar
por las caricias que no aguardan.
Respondo una a una
al antojo de tus ansias
y entrego en el instante
lo que hay en mi alma.
Soy de ti totalmente
encadenado a tus sentires
que quiero satisfacer sin penas
para que en el acto sientas
cuanto te pertenezco.
No es ni mi espíritu ni mi cuerpo,
es del amor que nos une
que atraviesa de la piel las barreras
y quiere estallar en el pecho.
Es tanto y tan puro el sentimiento
que la palabra no alcanza.
Y por ello, el silencio de la mirada
y el calor del beso.
Quizás un fuerte abrazo
o solo llevarte de la mano
caminando despacio
por los senderos de la vida.
Daniel Valdman