de uno y otro lado.
No puedo contar los cuerpos
y menos, los que están desmembrados.
A veces reconozco alguno
que me parece conocido
pero los rostros destruidos
difíciles son de identificarlos.
El mundo le teme
al poder de estos combates
en una Europa ya vieja
que pasó muchas guerras
y tiene miedo a suicidarse.
Entonces nosotros
ponemos la sangre
mientras continúan los debates
entre escritorios lujosos
y con trajes brillantes
mientras aquí entre pólvora y barro
no nos llegan nuestras raciones.
Y estando muy cansado
y con demasiada hambre,
pienso en ti amada mía
sin poder ver la hora
en que esto se acabe.
Porque con solo soñarte
me llenas de energías
para continuar en el combate
y que con cada enemigo que baje
estaré más cerca de tu abrazo.
Imposible saber
cuánto es que te extraño
para que me ampares en tu pecho
y me digas que ya todo ha pasado.
Y en medio de las balas
que muy cerca cruzan,
contigo sigo soñando
porque tu tienes mi alma.
Daniel Valdman.
