viajo al infinito,
sin tiempo ni distancias.
Penetro al mundo del cariño
donde todas las caricias
no bastan.
Juegan las almas a atraparse
en danzas diáfanas,
sin música ni cuerpos,
seres de colores transparentes
que se enroscan,
vuelan y se sienten
en el paisaje del universo.
Somos estrellas fugaces
y aveces también cometas.
O somos almas inquietas
que por querernos
fabricamos paraísos.
Somos ángeles vestidos
únicamente con sentimientos
haciendo realidad el sueño
del amor puro e indefinido.
Somos todo eso,
y si fuéramos mas,
ya no existiríamos,
porque el amor
todo lo puede
inclusive, conquistar el infinito.