sábado, 25 de julio de 2015

Experiencia

Ya el tiempo tiñó mi cabello
mientras las marcas del destino
hicieron surcos en mi frente
y las cicatrices de la vida
invaden mi cuerpo.
No soy el mismo de antes
y ya es irrecuperable
todo lo que se ha ido.
Ahora no tengo tantos afanes
y disfruto mucho mas tranquilo.
Me detengo en el espacio
para contemplar lo que antes,
no hubiera podido.
Y miro tu rostro y me embeleso,
porque la maravilla del tiempo
me brinda este regalo
de poder verte y saber que te amo
con la paciencia que tengo,
como un vino añejo,
para mejor disfrutarlo.
Daniel Valdman