A veces los sentimientos
quedan mudos sin consuelo
buscando el espíritu atento
para poder compartirlos.
O una mano en el hombro
diciendo que no se está solo
y que entre dos, es más liviana la carga.
A veces, las encrucijadas del alma
hacen sentir sus pesares
sin dejarnos avanzar
en la búsqueda de los sueños.
Y por ello estoy aquí,
he venido a tu encuentro
diciéndote que hay un mañana
lleno de luz y esperanza
que aguarda con ansias
a que puedas alcanzarlo.
Está mi caricia presta,
solo debes darme tu mano
para que juntos demos el paso
al futuro que te espera.
Aférrate a mi brazo,
pongamos un poco de alegría
y así con tu sonrisa
podré tener nuevas fuerzas
y miremos hacia adelante
porque en el mapa de la vida
siempre hay nuevos caminos.
Daniel Valdman
