Momento

Siento tu mano
apoyada en mi hombro
como queriendo quitarme el gesto
adusto por cierto

que refleja mi rostro
sin saber lo que estoy pensando
que me tiene preocupado
y tomando fuerte la conciencia,
ni siquiera lo entiendo.

Realmente me faltaba eso,

tu mano en mi hombro

diciéndome que no estoy solo,

que no es grave la circunstancia,

que a pesar que mi ser invada

la preocupación inexistente

puedo contar con tu apoyo

como cuento con él desde siempre

porque eres la única que comprende

la locura de ser poeta.

Y se pierden las palabras

en infinidad de letras

sin encontrar el pensamiento o las ideas

que me abstraen sin quererlo

agradeciendo tu rescate

con una mano en mi hombro

y en la otra, la caricia que me invade.

y te amo, quizás por ser poeta

o quizás por estar loco.

Daniel Valdman.

Promesas

Cuántas palabras
en promesas inconclusas.
Cuántas miradas perdidas
en sueños que quizás un día,
deseamos vivir despiertos.

Y siento tu mano en la mía

apoyándome en los desvelos

en que mi mente se preocupa

diciéndome que no estoy solo,

que compartes mis desventuras

calmándome con una sonrisa

y con una simple caricia

apartándome de los recuerdos.

Y qué mejor momento

para hacer el balance de la vida

sabiendo que juntos bregamos

en el correr de cada día

sosteniéndonos y apoyándonos

disfrutando lo mucho que conseguimos.

Un jardín, una huerta.

Un techo en que cobijarnos

donde el calor del cariño

logró que todo florezca.

Miro en tus ojos

el mar de la fortaleza

y siento que hemos vencido y ganado

desde el momento de encontrarnos

haciendo realidad

cada uno de nuestros sueños

sin poner en juego

ningún tipo de promesas.

Daniel Valdman.

La Mar

Besa el mar la playa
como eterno romance
entre las aguas y la tierra

y en cada ola

que acaricia la arena

pretende llegar

más profundo a su alma.

Y así es mi amor

cuando te tengo entre mis brazos

tratando de llegarte

a los confines de tu espíritu,

en cada caricia, en cada beso

o simplemente con la mirada

mientras admiro tu rostro.

No pueden mis manos detenerse,

quieren abrazarte toda

apretando tu espalda,

tomándote la cintura

para que no te me escapes

para recibir las ansias 

que me estallan por amarte.

Dejar que los corazones

se unan en un mismo latido

y que la carne se torne espíritu

volando por los aires

y nuestro amor se haga eterno

como las aguas con la playa,

como la mar y el cielo.

Daniel Valdman.

Hoy

Hoy te haré el amor

desnuda o vestida

llenándome de tu risa

mientras tu mirada de cariño

conquista mi alma.

Dejaremos que el espacio

se llene de sentimiento

aunque estemos al aire fresco

y no encerrados en un cuarto.

Nos amaremos como nunca,

como los locos saben hacerlo

si importarnos la gente

ni los ojos que nos miren.

Embriagados de caricias

de silencios y de besos

o comiéndonos un helado

sentados en el borde de una esquina.

No nos importará la vida

porque la estaremos disfrutando

al compás de las bocinas

que nos estarán saludando

contagiados por nosotros

o pidiéndonos paso.

Hoy nos amaremos, así,

como nos estamos amando.

Daniel Valdman.

Viaje

El faro de tus ojos
me guían a puerto seguro
alejándome de los acantilados
y los riscos del camino.
Golpea fuerte la marea
queriendo cambiar mi destino
pero tus ojos guían mi vela
manteniendo el rumbo
con mucho ahínco.

El tesón por llegar a tus brazos

es más fuerte que estas aguas

que me sacuden y arrebatan

el timón por un instante.

Y vuelvo en mi brega a buscarte

tratando de hallar la playa tranquila

aunque la mar se encabrita

queriéndome robar los sueños.

Prisionero estoy de este oleaje

pero tus ojos que su luz me invade

se que me llevarán a destino seguro.

Se acaban mis fuerzas,

la barca se estremece

y apretando fuerte los dientes

he de llegar a ti,

en este, mi mejor viaje.

Daniel Valdman.

Demora

No tardes cuando vuelvas.
Sabes que te estuve buscando
en cada rostro, en cada esquina,
en cada calle.

Entre los columpios del parque

y en cada vuelta que el carrusel daba.

No demores tu llegada

pues la imaginación se me acaba

dudando en donde hallarte.

En los copos de nieve

o en los arrumes de hojas secas,

tan doradas como los sueños

que tengo de abrazarte

sintiendo que se escapa la angustia

en el sabor y calor de tus labios.

Reconocerás mi mirada,

lo leeré en la expresión de tu cara

y nos quedaremos mirando

esperando que alguien

de el primer paso

aunque ambos quisiéramos

que lo diéramos juntos.

No habrá palabras para romper el hielo

pues el calor de los cuerpos

liberará nuestras almas

y dejaremos de ser extraños

tras buscarnos toda la vida.

No te demores

que te seguiré buscando 

en cada calle, en cada esquina.

Daniel Valdman.

Triste

Raudo el sol brilla
en una falsa primavera.
Por la tarde caerá tormenta
anegando los campos
porque los poros de la tierra

ya no resisten tanto.

Cubiertos los pastizales

no encuentran los animales

de dónde alimentarse

y me parte el alma

no poder ayudarles.

Ya escasea la siena 

en los corrales

ni tampoco hay leña seca

para poder calentarse

ni siquiera nuestro propio alimento.

Uno mira al cielo

y sabe que el próximo verano

volverán a secarse los campos

y que no habrá mucho tiempo

para recoger la cosecha

de lo poco que se ha sembrado

tras tan duras tormentas.

El hambre está al acecho.

En la ciudad comerán concentrados

mientras que aquí, nosotros en el campo

estaremos a la voluntad de la naturaleza.

Me duelen los animales,

los árboles frutales

y toda la siembra que se ha quedado

en tierras inundadas o secas

sin encontrar supervivencia

a pesar de todo el amor

que le hemos dado.

No me gusta hablar del futuro, 

pero es irremediable.

Daniel Valdman.

Nestor Molinati

Somos sobrevivientes
de millones de batallas,
de ideales, de palabras
y más de una vez
esquivando las balas
porque la brutalidad no entendía
que las ideas no se matan.

Perseguidos, casi secuestrados

por tener razones y causas

que quizás nadie las creía

porque defender al pueblo

es una batalla perdida.

Y así pasamos la vida

a veces poniendo la cara

y otras escondiéndola

pero siempre dejando el alma

en cada uno de nuestros actos.

Somos próceres sin medallas

ni tampoco las necesitamos.

Quisimos arreglar el mundo

que está más loco que nosotros

y así nos fuimos desgastando

con el tiempo poco a poco

hasta llegar a hoy

un tanto viejos y cansados

dándonos fuerzas mutuamente

para estar siempre adelante.

Aunque silben las balas

cerca de nuestras cabezas.

Aunque ganemos heridas

que jamás se cierran,

no abandonaremos la brega

para jamás sentirnos vencidos.

Y usted amigo mío

sabe bien de lo que hablo

estando en tierras distintas,

muy lejos de estrecharnos la mano,

sabemos que cuando llegue el momento

de tener que despedirnos

sentir que a la vida hemos ganado

por haber conquistado un amigo.

Daniel Valdman.

Balance

Desde ayer
agregué otro año a mi existencia

y no puedo hacer balance

porque soy malo para contabilidades

aunque se que lo que tengo

bien me lo he ganado

y lo que llevo perdido

es porque ya no era mío.

Sobre ruinas del amor

se construyeron otros castillos

y nunca faltó el amigo

con quien compartir las penas

o las noches de luna llena

haciendo pronósticos de las cosechas.

Muchas ráfagas de escarcha

se hicieron dueñas de mis primaveras

tiñiéndome de blanco

de los pies a la cabeza

y  el azadon en mi mano

exigiéndome más fuerza.

Y los animales, entre perros y caballos

también amantes de la naturaleza

haciendo siempre una fiesta

con cada caricia que les regalo.

Un año más le cargué a mi existencia

y la tierra me sigue amando

como yo la amo a ella.

Daniel Valdman.

Gracias

Inexorable el tiempo va pasando
imposible evitarlo
aun alzando 

los brazos al cielo.

Y la piel se va surcando,

las fuerzas acabando

con la experiencia ganada

trayendo mares de recuerdos.

Ya es hora de dar consejos,

se considera una edad sabia

por los errores cometidos

y por los orgullosos aciertos

que producen una sonrisa.

Cosas grandes no se necesitan,

pueden ser cosa sencillas

que nos producen cierta alegría

sabiendo que lo logramos.

Se han hecho esfuerzos extraordinarios

que no caben en otra vida

y se ha extendido la mano

a quien mal la ha pasado

mientras la memoria no se olvida.

Se ha sido fiel

defendiendo causas perdidas.

Se ha construido, se ha derribado

sabiendo que se ha hecho el camino

para llegar al futuro no lejano

viviendo cada día

sin esperar al mañana

porque quizás ese mañana,

mañana ya no exista.

Y así disfrutar los paisajes,

las auroras, las alboradas

y esas noches estrelladas

en donde cada punto

es otro sueño.

Si, hoy reconozco que he vivido,

pero sin ti amor mío,

no hubiera servido de nada.

Daniel Valdman.

Despertando

Amanecer entre tus brazos
con los cuerpos pegados
quizás soñando
los mismos sueños.

No importan

los quehaceres del día

pues este es el momento

que iluminará cada hora

de nuestra romántica existencia.

Qué más pedirle a la vida

disfrutándote dormida

compartiendo las mismas cobijas

en cataratas de sentimiento.

Verte tan tranquila,

tan segura de ti misma

por sentirme a tu lado

que me incita

a apretar el abrazo

como tratando de meterte

muy dentro mío.

Aunque estás allí,

aferrándote a la almohada

quizás soñando con mi cara

y sobre todo,

acariciándome el espíritu.

Daniel Valdman.

Calendario

Estoy más cerca.
El tiempo que me queda
tiene fecha de vencimiento
y por eso, cada momento
lo disfruto al máximo
dando todo lo que tengo.

No se si será el último

pero lo recibo como al primero

con toda su sorpresa,

con toda su fantasía

como que cada día

fuese un regalo divino.

No importa si hay sol, 

si tormenta o llovizna.

Lo que importa es que aún 

no tengo despedida

aunque el reloj avance

y caiga la hoja del calendario.

He cumplido con la vida.

Escribí varios libros

quizás no con las letras

pero si con mucho cariño

que quedarán en el alma

de quienes los han leído. 

Sembré mil árboles

y dejé descendencia.

Y hoy es que me toca

cumplir conmigo mismo

porque el tiempo pasa

y se va llevando mis fuerzas.

Y los tesoros que dejaré de herencia

son los amores que he tenido,

los abrazos de los amigos

y el sabor de la mañana

de cada día que me queda.

Daniel Valdman.

Fiestas

No hay aroma 

de sidra y pan dulce en las calles.

No hay puestos de golosinas

o de juguetes vendiendo sueños.

Desapareció el espíritu de las fiestas

entre avaricias usureras

y contagios de pandemias.

La humildad esté más cara,

las sonrisas no se destacan

y un rictus de angustia

se adivina en cada rostro.

Tristes fueron las festividades pasadas

y las venideras no serán menos,

como si la gente se olvidara

que se celebra el amor, 

la alegría, la sorpresa

y el motivo más grande

es iniciar nuevas esperanzas.

Me duelen estas fiestas

porque no son como antes

con su aroma a chocolate,

a vino fresco

y a galletas del horno recién sacadas.

Si, eramos felices esos días

y ahora con los recuerdos en lejanías

cómo le explico a mis nietos

que antes las fiestas eran con alegría.

Que comenzaban un mes antes

y que entre todos se contagiaban

sin tapabocas en las caras

y siempre con la sonrisa en los rostros

estrechándonos las manos

entregando los mejores deseos.

Antes eran las fiestas

donde salían a festejar las almas.

Daniel Valdman.

Café

Quisiera tomar

un café contigo

no para hablar ni contarnos la vida

sino para tenerte al frente

y poder disfrutar de tanta belleza.

Mirarte como obra magistral

de la naturaleza

y dejarme llevar por los sueños

de tener tu rostro entre mis manos

reteniendo la ansiedad de besarnos

mientras nos hablamos

solamente con los ojos.

Saber que puedo amarte

como jamás te amaron

recorriendo cada detalle

de cada gesto que me regales

enamorándome de ello.

Ya habrá tiempo

para contarnos nuestras historias

pero es ahora lo que quiero

comenzar una nueva

confiándonos los sentimientos

que sentimos en este momento

mientras no se rompe el silencio

y solamente nos miramos.

Daniel Valdman.

Sueños

El reloj biológico me dice 

que ya es hora de movimiento.

Dejaré los sueños en el lecho

para seguir soñando despierto.

Saborear el fulgor de la mañana

dejando que por la ventana

el Sol se adueñe de la alcoba

mientras las coloridas mariposas

danzan en el jardín del otro lado.

Y me satisface ver lo logrado

en cada surco, en cada pétalo,

en cada suspiro al viento,

en cada capullo que va naciendo

y que un día será flor

en mi jardín gobernando.

Si, quizás alcance la noche

para abandonar el cansancio,

pero no me alcanza la vida

para seguir soñando.

Daniel Valdman.

Alba

Amanece....
La esperanza se asoma con el alba
y su aureola dorada
nos lleva a movernos
en la misión cotidiana

tratando de alcanzar

los sueños que anhelamos.

Mañana luminosa

para sembrar otra semilla,

para recoger nuevos frutos,

para agradecer en una plegaria.

Sentir que la tierra nos acaricia

regalándonos el fresco aroma

de la mañana

mientras aún blanca la escarcha

mantiene húmedas las ilusiones.

Callosas las manos manejando la pala

con la dulzura del sentimiento

que dará alimento

a las ramas cortadas.

Ya llegan las aves

para acompañar la labranza

con trinos y colores

decorando esta esperanza

que nos llena de emociones

cada vez que se asoma la alborada.

Daniel Valdman.

Futuro

Año nuevo

deseos viejos

esperando que desde el cielo

se consiga la fuerza

para cumplir nuestros anhelos.

Pedidos y ruegos

porque nada nos alcanza

y lo que tenemos parece poco

aunque muchos no tengan nada.

Cambiará el mundo cuando sepamos 

que nuestra voluntad es la que falla.

Cuando no pidamos por nosotros

sino por aquellos que les hace falta

y que nuestro egoísmo se transforme

en caridad y confianza.

Cuando no haya diferencias

entre colores y razas

y que nos demos cuenta

que los desamparados

existen por nuestra causa.

Año nuevo con deseos viejos,

como que no somos capases

de vencer a la historia

haciendo un mundo nuevo

sin medallas ni glorias

sino humildemente

con las herramientas que tenemos.

Del pan vive el hombre

sin diferencias de clases ni religiones

y cuando se derrumben las fronteras

que debilitan los pensamientos,

con una pala y una azada

vayamos a sembrar el trigo

que nos de el pan en su cosecha.

Daniel Valdman.

Pasos

Había una vez,
si, los hubo

momentos que iluminaron

el correr de la vida

con sueños y fantasías

que se desearon fueran eternos.

Hubo cantidad de pensamientos,

de caricias, de  alegrías

que se esperaba al otro día

para que sigan sucediendo.

Romances que no perdían

la oportunidad de besarse

o cogidos de las manos

correr por los parques

pateando hojas secas

caídas por el invierno.

Si, hubo momentos 

en los veinte años

cuando las fuerzas de los brazos

todo lo podían.

Y hoy, teniéndote a mi lado

o recostada en mi pecho

veo que valió la pena

haber recorrido tanto trecho

para sentirte así, muy cerca

o metida en mis adentros

a esta hora en que 

tomados de la mano

para asegurar el paso,

con los cabellos canos

y cargados de recuerdos

mientras que con las miradas 

nos hablamos

y sin decirnos nada, 

nos decimos todo

con la voz del corazón 

que por amarnos,

siempre está abierto.

Daniel Valdman.

Ansiedad

Se entrometen las estrellas
mientras te imagino

en un cielo oscuro

lleno de sueños y fantasías.

Es más fuerte el sentimiento

que la oscuridad nocturna

mientras hago un ovillo con mis brazos

tratando de abrazarte

y abrazar el vacío.

La sangre se paraliza,

toda tu ocupas mi cerebro

y a medida que más te pienso

más luchan mis energías 

para encontrarte.

La distancia es un desafío

que debemos vencerlo.

Mucho duele el desconsuelo

y las ansias de tenerte

haciendo mi espíritu más valiente

para poder enfrentarlo.

Pero sin importar

en cuantas cosas ocupe mi mente

sigo deseando que estés presente

porque es mucho lo que te extraño.

Daniel Valdman.

Luna

Canto a la Luna

que juega a las escondidas

mostrando un rostro distinto

cada noche, cada día.

Recipiente de poemas,

de lujurias, de promesas.

Testigo de sentimientos

cuando se encuentra en luna llena

y símbolo de fuerza

cuando la dibujan en banderas.

Inspiradora de boleros

haciendo estremecer los cuerpos

con mensajes ilucionados

escribiéndolos en las almas

tallados con amores eternos.

Luna de fantasías

creando sueños milagrosos

que para muchos fueron cura

en momentos tormentosos.

Y a pesar que el hombre

ya te puso un pié encima,

sigues siendo la poesía

de los espíritus enamorados.

Daniel Valdman.

Cosmos

Pierdo la conciencia
navegando entre tus brazos

mientras el mundo se derrite

ante tus encantos

y un desfile de ausencias

se escapa de mi pecho

dándole espacio al sentimiento

que enmudece mi alma.

Y te abrazo y te someto

a la energía de amarte

con los más puros instintos

que no pueden controlarse

al mirarte y acariciarte

como si fueras de otro mundo.

Eres ángel, eres nube, eres cielo

que me llenas de sentimientos

que me eran inalcanzables

y que solo en mi fantasía

podía crearlos.

Y hoy, enredado en tu abrazo

me siento noche, me siento estrella

y de este universo

ya no quiero bajarme.

Daniel Valdman.

Sueños

Volvamos a seducir la vida

yo con un abrazo

tu con la sonrisa

y sembremos con flores

los asfaltos grises

que ennegrecen las ciudades

y ponen a la gente triste.

Hagamos que el sol ilumine

las más oscuras almas

y que las manos estrechadas

quieran bailar los mismos valses.

Contagiemos de colores

que apenas imaginamos

y hagamos mares de cantos

donde todos desafinen.

Vistámonos con arapos

para que nadie esté elegante

y sintámonos iguales

con el que tiene

y con quien le falta.

Seamos uno solo

en el universo de humanidades

porque vida hay una sola

y debemos disfrutarla.

Daniel Valdman.

Renacer

Cesaron las lluvias.
Comienza la tierra a recuperarce
y pequeñas hebras van saliendo
al llamado del sol brillante.

Renace la vida al zumbido de las abejas

mientras libélulas y mariposas

buscan como alimentarse

tras haber superado

la crueldad de las tormentas.

Si, vuelve la vida en la naturleza

la que estamos abandonando

mientras ella persiste y nos tolera

a pesar que la estemos dañando

con nuestra avaricia.

Y al retornar en su quehacer cotidiano

nos muestra que no hay tesoro más preciado

que el de la propia vida,

esa, a la que cada día

la estamos golpeando.

Daniel Valdman.

Dos de Enero

Llegan las festividades
con muchos sueños que cumplirse,

con ansiedades de cambiar rumbos,

con fantasías que sabemos

nunca se harán realidades.

Con metas viejas que traemos

de antiguas necesidades

y que nunca logramos satisfacerlas

por no ponerle tesón y coraje.

Torrentes de bendiciones

en fiestas interminables

donde la alegría reinante

hace olvidar muchas penas.

Segundo día del nuevo año.

Como volviendo al pasado

se viaja en la misma rutina.

con las promesas incumplidas

que quedaron en la noche de fiesta

y con las obligaciones a cuestas

tratando de redimirlas.

Ya pasó el fin de año

y nosotros, 

seguimos siendo los mismos.

Daniel Valdman.

Razones

Debería ir al médico,

tengo el síndrome del entendimiento

y los síntomas son muy raros

porque aún no los entiendo.

Me apliqué todas las vacunas

que puedan llegarme al cerebro.

Probé con masajes y caricias,

con tristezas y alegrías.

Me llené de llantos y de risas

y hasta perdí el pensamiento.

Y aún así, con todo lo que hice

la comprensión me está evadiendo.

Pregunté a mucha gente

si conocen el remedio

y las respuestas tan distintas

me llevaban a seguir enfermo

pues nadie se pone de acuerdo.

Que el mar, que el cielo.

Que los trinos de las aves,

que el propio silencio.

Es tan complejo el ser humano

que me parece ser

el único cuerdo.

Daniel Valdman.

Prevenir

No cesan las lluvias

y se agotan las nostalgias

de soles, de mares, de playas

y de despertar una mañana

con esperanza de primaveras.

Las abejas enloquecidas

aprovechan las pocas horas del día 

en que la lluvia se calma

aunque haya pocas flores

donde encuentren su polen

para llevarlo a la colmena.

El ganado desespera

por andar entre barriales

sin hallar los pastizales

donde pueda alimentarse.

No habrá esta temporada leche

ni tampoco hortalizas.

Apenas algunas frutas

en el suelo caídas

pues las tormentas no han dejado

que en los árboles maduren.

Y así estamos pendientes

de un mundial sin comida

pues es más importante el deporte

que nos distrae cada día

en vez que como la hormiga

almacena alimento 

para tiempos como este.

Daniel Valdman.

Lecho

Sube el vapor del café
danzando en el húmedo aire
sin música que lo acompañe
y llenando con su aroma el ambiente.

Compañero inseparable

en madrugadas transparentes

regalando sabor y calor

ante un frío indeseable.

Y pienso en volver al lecho

y así acompañarte

estirando mi brazo bajo tu cuello

y tu me abraces compartiendo

la tibieza de los sueños

que sin querer o queriendo

de ellos te habré secuestrado.

Aspirar tu aliento,

sentir tus latidos en mi pecho

juntando aún más los cuerpos

aunque ya no haya más espacio.

No se qué hago aquí escribiendo

si debería estar a tu lado.

Daniel Valdman.

Vida

No cesan las lluvias.
Las flores no alcanzan
a sostener su belleza
y lo mismo que les da vida
con su intensidad las mata.

Los azahares de los frutales

no pueden sostenerse

y las frutas que guardan sus flores

no llegarán a cosecharse.

No alcanza la naturaleza

a poder acostumbrarse

y entonces habrá hambre

sin que pueda hacerse nada.

Los campos sumergidos,

las carreteras dañadas

por vendavales de agua

que no pueden controlarse.

Y es el pago por lo malo que hicimos

sin cuidar los ríos, 

por contaminar el aire.

Por sembrar pastoreos

quemando selvas y valles

donde volaban las aves

y la vida florecía.

Ya no quedan montes

y somos nosotros los asesinos.

Daniel Valdman.

Angustias

No, no hay manera.

La realidad supera

al poder de la fantasía

dejando a los sueños sin vida

para concentrarse solo

en la supervivencia.

Pero sigo soñando

con tus caricias

que me alimentan el alma

con tus sonrisas

que me hacen reír

en los enredos que te hago

con las palabras

o tu mano en mi espalda

en mis momentos de angustia.

Y estoy aquí,

anhelando un mejor futuro

sin saber qué hacer para lograrlo.

Pero te tengo a ti

con tu amor a mi pegado

que no me deja caer

y me impulsa a seguir intentando.

Se que vendrán tiempos mejores,

pues vamos juntos a buscarlos.

Daniel Valdman.

Desafío

La pasión exasperada
grita, salta y canta
al compás de las jugadas
que en el terreno se liberan.

Adiestrados gladiadores

hacen honor a los colores

que visten sus camisetas

frente a un público ferviente

con hambre de conquistas.

Se desarrolla el encuentro

y cada espectador muy atento

quiere poner su cuerpo

para empujar a la victoria

haciéndolo con su voz,

con sus cantos, con sus brazos

doliéndole no estar en el campo

donde se realiza el desafío.

Un movimiento trae alegría,

para otros, casi un llanto.

Las emociones llegan al infarto

pareciendo que los corazones

se escapasen de los cuerpos.

Hasta que se declara

el final de la brega.

Y sale el público del estadio,

algunos contentos,

otros desairados

y rezarán para que mañana

logren mejores resultados.

La vida continúa

y hay que seguirla luchando.

Daniel Valdman. 

Paloma

Golpea la paloma en mi ventana

anunciándome que ha llegado

y que espera la ración en su plato

del alimento que le tengo preparado.

Un tinte de alegría me trae su visita

que se repite a diario

porque ninguno de los dos está solo

siendo que ambos nos necesitamos.

Ella para que le de su comida

y yo, para sentir por un rato

la sensación de su compañía

que a veces con una caricia

compartimos el mismo sentimiento.

Después emprenderá su vuelo

quizás a la búsqueda de otra ventana

que estará esperando con ansias

su visita de la mañana.

Y llevará el mismo mensaje

vaya a saberse a cuantas casas

entregando su amor y esperanza

a tanta gente solitaria

que esperan cada día

esa fugaz visita

para alegrar un poco las almas.

Daniel Valdman.

Futuro

Se abrieron realidades

que antes fueron fantasías

y se somete la humanidad

a revolucionarias tecnologías

que suplen las labores de muchos

que ya no llevarán el pan

para toda su familia.

Hasta las mascotas electrónicas

fueron inventadas

con mecanismos que mueven sus colas

pero sin el cariño de las almas

ni el amor que profesan

cada vez que regresamos.

Lo mismo con el ser humano

cada vez más encerrado

en el poder del modernismo

con su vista en un relojito

siendo lo que menos da

es la hora.

Desapareció la gente.

No se puede hablar con alguien

si no se quita los auriculares

o si la llamada entrante

siempre es más importante

de quien está adelante

ante su presencia.

Si, se abrieron las puertas

de las realidades

que antes fueron fantasías 

y se olvidaron del amor,

de las miradas, de las caricias

aunque las pusieron en línea

y son intocables.

Daniel Valdman.

Encierro

Es muy duro el invierno.
Los bosques están desiertos ,

hasta las aves e han ido

buscando un lugar más tibio

para rehacer sus nidos

y así continuar la vida.

Y con la nostalgia que traen las lluvias,
en el frío muy intenso
hacen del paisaje un encierro
donde solo se puede volar con los sueños.

Y mi único sueño es contigo

porque le das calor a nuestro nido

dibujando una sonrisa en la ventana

tratando de acariciar mi alma

con tus travesuras de niña.

Y viéndote recorrer la cabaña,

corrigiendo cada detalle

haciendo más bella nuestra morada

me enamoran tus gestos,

tu andar, tus pausas

y el calor que creas en mi pecho

que me impulsan solamente a abrazarte

como agradeciéndole a los cielos

el regalo que me dan al amarte.

Daniel Valdman.

Aurora

Anuncia el cielo estrellado
una aurora llena de colores
por la proximidad del verano.

Seré testigo de tal espectáculo

pues el insomnio me mantendrá desvelado

y aunque deseo compartirlo contigo

me privo de molestarte en tu descanso

con un respirar lento, pausado

como si estuvieras creando

nuevas auroras en tus sueños.

De alguna manera te atraigo

con mis pensamientos

y aunque parezca que hablo solo

es a ti a quien me dirijo

quizás con las palabras, 

quizás con el silencio

que produce mi respeto

a la maravilla de los cielos

y a tus fantasías en el lecho.

Daniel Valdman.

Reloj

Tiene muchas variaciones el tiempo,

cuando más lo necesitamos

es cuando corre más rápido

y cuando queremos que avance

es cuando anda más lento.

El transcurrir de las horas no cambia

pero si los momentos

que nos hacen afanarlos o detenerlos

para olvidarnos pronto

o guardarlo en el recuerdo.

Y así pasan los días,

los meses, los años

hasta darnos cuenta

que se fue la vida,

a veces esperando,

otras corriendo

sin que para nosotros

hayamos guardado nada,

otro amanecer, otra mañana

o una noche estrellada

cogiéndote por la cintura

y juntos mirar los cielos

diciéndote mil veces que te amo,

robándote millones de besos

y cuando queremos hacerlo

ya nos quedamos sin tiempo.

Daniel Valdman.