anduve perdido entre malezas y espinas.
Hallé algunos claros que me dieron energías
para disfrutar la luz buscando mi destino.
Encontré claveles, rosas, margaritas.
También densidades de oscuros laberintos
donde no había aves ni capullos.
Seguí andando marcando un sendero
por si debía retornar y encontrar el camino hecho.
Y a cada rato me decía
que siempre debería seguir adelante
pues retroceder no es bastante
en esta búsqueda infinita.
Y en una vuelta, de alguna esquina,
encontré una luz que como guía
me hizo ver el panorama.
Eran tus ojos, la profundidad de tu mirada
que con los brazos extendidos y abierta el alma
me dijeron detente, soy tu puerto, soy tu meta,
soy el amor que tanto anhelas
y de aquí, no querrás escaparte.
Y así fue que tu hechizo,
mitad de bruja, mitad de hada,
haciendo que te amara,
me de cuenta que eres mi destino.
