te hace de abrigo
mientras el poder del cariño
nos envuelve en su cobija.
Tan solo un beso,
tan solo una caricia
derrumbando las angustias
y los malos pensamientos.
La noche se hace paz
invitando a los sueños
mientras abrazados los cuerpos
liberan las almas.
Hora de dormir
nos anuncia el cansancio
y los brazos estirados
ansían el contacto
del caluroso abrazo
dejando la mente en blanco
para compartir los mismos sueños.
Ya hace tantos años
que tenemos este rito
que me parece imposible vivir
sin tenerte entre mis brazos.
Daniel Valdman.
