la paz de mi espíritu.
No importa que afuera truene
o que el vendaval
quisiera destruirnos.
No conoce de amor el clima
ni de besos ni caricias
ni de palabras sencillas
inundadas de cariño.
No comprende que hay primavera
en el otoño de nuestras vidas
y hemos sobrevivido
una y mil veces
tan solo con mirarnos.
Insiste el temporal azotando
tratando de derrumbar nuestro castillo,
el que construímos con ladrillos
de puro sentimiento
para guardar nuestras almas
del bramido de los vientos
amándose como nunca
más aún entre rayos y truenos
porque como este amor
hay uno solo
y posiblemente, sea eterno.
Daniel Valdman
