tras este encierro
pues no tienen barreras,
ni siquiera barrotes ni rejas
que puedan dominarlos.
Y vuelan a ti
en recuerdos que no quiero olvidarlos
porque son los que me llevan
a no perder la esperanza
y a seguir soñando
de tenerte entre mis brazos
con murmullo de mar
y madrugadas.
Amaneceres de amor
despidiendo a las estrellas
en pasiones tiernas
y con los cuerpos abandonados
al placer de sentirnos.
Cuanto cariño, cuanta tibieza
que se me eriza la piel
con solo recordarlo.
Los sueños no tienen fronteras
y no dejo de soñar contigo
y quizás sea la causa
de que para ti es que vivo.
