pasarán los días
y las emociones compartidas
quedarán imborrables
en la inmensidad del tiempo.
Nunca fue tan profunda la caricia
ni ha llegado a ver
tan hondo la mirada
desnudando las almas
borrando todos los males.
Y es así el amor que nos tenemos
haciendo de cada momento
un instante eterno
guardándolo en el recuerdo
para volver a repetirlo.
Y la ansiedad crece
mientras el espíritu se afana
de poder tenerte
otra vez entre mis brazos
y volverte a decir
lo mucho que te amo.
