Desaparece la noche
ante los primeros rayos.
Trinan las aves
en su cantar cotidiano
y mi espíritu se inquieta
a pesar de ser temprano.
Bailan las letras sobre el teclado
mientras la mente vuela
hacia otros parajes.
Nuevos paisajes
que quisiera
recorrer contigo de tu mano.
Y vuelve el sentimiento
apoderándose de mis versos
porque es innegable que te amo
estando tú en cada pensamiento.
Quisiera escribirle a la vida,
a los sucesos que día a día
van llenando nuestra historia,
pero el roce de tu caricia
hace imposible mi deseo.
Y si, te amo
ocupando todo mi espacio
y yo, feliz de que lo hagas.
Porque a la mañana temprano,
cuando comienza la jornada,
me regalas tu sonrisa clara
que me alimenta la vida.
Daniel Valdman
