es sentir la vida.
Saborear tu piel,
endulzarme en tus labios
y sentir en cada caricia
que mi alma quiere atraparte.
Late la pasión
y desesperan las ansias
porque el sentimiento de amarte
ya no cabe en mi cuerpo.
Y por ello, estalla en el pecho
la emoción de tu sonrisa,
de tu cara pegada a la mía
ilusionando este amor eterno
que quizás, solo en ese instante
en primaveras estalle.
Y hemos de volar por los aires
contagiando a todas las flores
para que sus colores nos regalen
mientras los pájaros canten
en coro sus canciones.
Y así, en el Edén de los sueños
iniciaremos la historia del sentimiento.
