Destruyó columpios y toboganes.
Acaso el que disparó no sabía
que los niños no combaten
más que con sus sueños y sus fantasías?
Ya sus casas están destruidas.
Los juguetes enterrados
en montañas de escombros.
No saben si mañana tendrán comida
y en el éxodo de su partida
ven el parque destruido
perdiendo así también sus juegos.
Cuánto calvario trae la guerra.
No hay vencedores
pues son todos vencidos
porque todos pierden un poco
y en especial los niños
que al fin son nuestros sueños
de mejorar este mundo.
Qué obtusos somos los mayores
en acabar con el futuro.
Daniel Valdman.
