El electrón
no se presentó a la cita
y se detuvieron los relojes.
Hasta el Sol se quedó dormido
dejando que la Luna
muestre un rato más su belleza.
Todo el mundo contrariado.
Las flores tampoco despertaron
y los trinos de las aves
de tanto cantar, se cansaron.
Todo parecía como un cuento de niños.
La gente corriendo por las calles
sin terminar de arreglar sus vestidos
llevándose entre si por delante
porque todos llegarán tarde
a sus oficios matutinos.
El desayuno quedó a un lado.
No hubo tiempo para tanto
y con el estómago vacío
cada uno en su trabajo
deseando que ya llegue el almuerzo.
Inclusive los cocineros
llegaron demorados
y se les quemaron los huevos,
se derramó la leche
echándole culpas al horno
que no enciende
porque el electrón llegó tarde
y aunque a todos les pase
por el afán, nadie comprende.
Somos esclavos de la tecnología
y aún así,
espero que mis versos
lleguen a tiempo.
Daniel Valdman
