se escaparon las musas
y mi alma a oscuras
busca la tibieza de tu cariño.
El calor del lecho
crea en mi la pereza
y mi razón somnolienta
lucha para no despertarse.
Otro ratito suplican las cobijas
mientras el tiempo avanza
y el despertador se repite.
Ya va despuntando el alba
pareciendo que la noche no alcanza
queriendo la mente
seguir en su sueño.
La responsabilidad obliga
y procuro levantarme
sin quitarte las cobijas
para que sigas dormida
disfrutando lo que yo ya no puedo.
Vaya a saberse
en qué mundos me habré metido
que de ellos me cuesta desprenderme.
Seguro que habré soñado contigo
porque te amo entre sueños
aunque estés al lado mío,
compartiendo el mismo lecho.
Daniel Valdman.
