miércoles, 17 de julio de 2019

Jardín

Siembra la semilla el jardinero
poniéndole cariño y esperanza
para que de ella, en un instante nazca
la flor más bella que jamás se haya visto.
Y la riega con ilusión y ahínco
poniéndole todo su sentimiento
porque al fin y al cabo, en ese momento,
está gestando la vida.
Y es así amada mía
como regamos nuestro amor
con cada caricia.
Lo inundamos de luz en las miradas
y le cantamos arrullos en silencios
mientras cosechamos cariño y ternura
en cada gesto o en cada locura
que compartimos entre sonrisas.
No hace falta más para la vida
que amarnos con tanto sentimiento.
Daniel Valdman