miércoles, 30 de noviembre de 2022

Prevenir

No cesan las lluvias
y se agotan las nostalgias
de soles, de mares, de playas
y de despertar una mañana
con esperanza de primaveras.
Las abejas enloquecidas
aprovechan las pocas horas del día 
en que la lluvia se calma
aunque haya pocas flores
donde encuentren su polen
para llevarlo a la colmena.
El ganado desespera
por andar entre barriales
sin hallar los pastizales
donde pueda alimentarse.
No habrá esta temporada leche
ni tampoco hortalizas.
Apenas algunas frutas
en el suelo caídas
pues las tormentas no han dejado
que en los árboles maduren.
Y así estamos pendientes
de un mundial sin comida
pues es más importante el deporte
que nos distrae cada día
en vez que como la hormiga
almacena alimento 
para tiempos como este.
Daniel Valdman.