viernes, 11 de septiembre de 2020

Tiempo



Te tomo entre mis brazos,
te beso el cuello.
Giras la cabeza
para que te siga besando
mientras mis manos no se cansan
de acariciarte la espalda
y la pasión sube
hasta el desespero.
Un gemido suave
se escapa entre los besos
y en el instante exacto,
cuando más te deseo,
veo tu rostro y me digo
cielos, qué bella eres
y cuánto te amo.
Y así cada día
en este hermoso romance,
tu, tan bella como siempre
y yo, te sigo deseando
aunque pasen los años
y hallamos llegado
a nuestro invierno
tomados de la mano,
andando el mismo camino.
Daniel Valdman