que no es ni poco ni mucho,
según el criterio.
Mi fortuna está en caricias
para cobijarte
y también en silencios
para que te sientas escuchada.
Está en intensas miradas
queriendo llegar hasta el alma
desnudándote de penas y angustias
y llenarte de esperanzas.
Está en las sonrisas que te robe
con algún beso en la mejilla
y también en tomar tu mano
para que sientas que no andas sola.
Llevo el corazón abierto
para que tomes de él
lo que te haga falta
y también llevo la palabra
que te suavice y te calme.
Tengo los brazos abiertos
para que te hundas en mi pecho
y el camino de la vida
para que juntos lo andemos.
Esto es todo lo que tengo
para hacer un amor eterno
que te ofrezco sin medida,
con toda la paz del tiempo,
para que hagamos de los inviernos
las mas florecidas primaveras.
Y aquí, en estos pocos versos,
te abro mi alma
para que vivas en ella.
