Te haré el amor
besándote los ojos
y con una flor al desayuno.
Te tomaré la cintura
mientras lavas los trastos
y te besaré la nuca
deseándote un buen día.
Te seguiré haciendo el amor
pensando en tí durante la jornada
sintiendo que la mañana
es la mejor parte de la vida
porque a la hora más temprana
te hago el amor
aunque estés dormida
tan solo con una caricia
mientras el jardín me espera
para elegir la flor
que te llevaré a la cama.
Y de esa manera,
te haré el amor,
como cada mañana
durante todos los días.
Daniel Valdman