en la arena dejando las huellas
que se hacen caricias
en nuestros sentimientos.
Sin destino definido,
tan solo la compañía
llenando el espíritu
con dulces palabras
y tu sonrisa.
Qué más pedirle a los cielos
que esta gratificación de cariño
mientras mi pecho explota
por la ansiedad de abrazarte
y a la vez, no romper el instante
tan sublime y tan sentido
sin saber aun si es amor,
o si es un sueño,
o un espejismo.