domingo, 11 de junio de 2017

Se

Como el mar y la arena
en el lecho,
las caricias inundan los cuerpos
creando la realidad
que en los sueños
repetimos muchas veces.
Es tanto el sentimiento
que ese instante no alcanza
que a pesar de su silencio,
es tan grande el respeto
que está de más cualquier palabra.
Solo las caricias
y quizás también los besos,
sin tormentas de pasión,
solo con el corazón
para sentir la misma sangre
que borbotea por la emoción
de hacer una las dos almas.
Y en ese abrazo infinito,
donde no se siente la carne,
es cuando se que te amo
como jamás amé a nadie.
Daniel Valdman