sumergido en tus brazos
y en la desesperación de los cuerpos.
Sentí que se elevaban las ánimas
sutiles y frágiles en una danza
vestidas de colores sin formas.
No estaban nuestras manos ni nuestras bocas.
Éramos etéreos como nubes
en un espacio oscuro sin sombras.
Y la luz fuimos nosotros
en un universo que no reconozco.
Seguro que es el mundo del amor
porque la pasión y entrega
ya no estaba en las conciencias
perdidas en la inmensidad sin firmamento.
Cuan grande es a mi espíritu amarte
que me hace sentir como ángel
flotando sin tiempo en tu alma.