miércoles, 28 de marzo de 2018

Soledad

Una caricia.
Tan solo una caricia
y cambia el rostro,
se ilumina la vida.
Los pesares duelen menos
y vuelve la fe
a creer en imposibles.
La calidez de una mano
que nos apriete el hombro
diciendo que no estamos solos
y que si la lucha es dura,
ya somos dos para enfrentarla.
O que si el sentimiento duele,
tenemos con quien
contar nuestra historia.
O si la alegría nos regala
algún momento de lujuria,
podemos compartirlo
hasta ahogarnos en risas.
Una caricia no solo dice amor,
dice cariño, comprensión
y sobre todo, 
hace que la soledad, no exista.
Daniel Valdman