y me distraigo con tu rostro
que con un gesto de asombro
no entiendes lo que digo
en algún juego de palabras
que a veces, tampoco entiendo.
La locura de amarte
me lleva a cualquier parte
y por suerte estás conmigo
para traerme a las realidades.
Porque en mi divagar de ideas
siempre busco la manera
de crearte una sonrisa
y así alegrarte la vida
en los momentos que más te pesa.
Tranquila, mi locura no es contagiosa
porque vuela como la mariposa
creando colores nuevos
sin poder volar derecho
buscando en tu alma la alegría.
Y así te amo amada mía
absorbiendo el néctar de tus labios,
comiéndome la suavidad de tus caricias
y llenándome el espíritu
con el brillo de tus ojos.
Y cómo quieres que no esté loco
y que no me enrede entre palabras
que ni tu ni yo entendemos
pero que nos producen gracia
en un total aturdimiento
y que con un abrazo y un beso
lo seguimos disfrutando.
Tranquila, mi locura no produce contagio
pues es solo un bálsamo
para que cure las heridas
que a veces la vida
nos las hace sin quererlo.
Daniel Valdman
