que entibia mi espíritu
justo en el momento
cuando los cuerpos
se cobran lo vivido.
También las rosas se deshojan
y el caminar se hace más lento.
Pero la caricia de tu mano
reavivando el sentimiento
junto con ese beso
que ambos ansiamos
crea nuevas primaveras
ante los angustiosos inviernos
próximos a llegar
porque ya estamos en los otoños.
Y te abrazo y te sostengo
para sembrar un jardín nuevo
con la luz de tus ojos,
con la candidez de tu sonrisa,
con el amor como abono
y la felicidad de tenernos.
Y en ese calor que me brindas
brilla el jardín que sembramos
durante toda la vida.
Daniel Valdman.
