quitando la vestidura que los cubre
dejando que la lluvia de hojas
nos diga que estamos en otoño.
Desaparecen los verdes,
todo se pone amarillo
mientras la escarcha matutina
nos habla de un cercano invierno.
Se cambian las prendas
de uso cotidiano
y se preparan las almas
a defenderse del frío
resguardando el cariño
para no perderlo
en angustiosas soledades.
No hay mejor abrigo
que el sentimiento compartido,
unos brazos que aguardan
abrazar al ser querido
y el calor de la mirada
dando todo por dicho.
Soplan los vientos
haciendo caer hojas secas
y veo en tus ojos
brillar la primavera
por más que la escarcha quiera
enfriar nuestro romance.
Daniel Valdman
