domingo, 3 de abril de 2016

Amalgama

Puede la caricia suave
llegar a extremos impensables
con la sola intención
de entregar lo que se siente.
Puede el beso sutil
enervar toda la sangre
sin querer dar pasión,
solo la emoción
de entregar el sentimiento.
Y cuando la palabra muda
hace flotar en el aire
las ansias espirituales
que dos cuerpos aprisionan,
se inicia la magia loca
de mezclar almas, cuerpos, 
sentimientos y ansiedades.
Y dejamos de ser nosotros
para crear un nuevo ser,
con dos corazones,
muchas palpitaciones
buscando un nuevo amanecer.
Somos dos almas
en un solo amor.
Daniel Valdman