viernes, 16 de octubre de 2015

Un amigo

Siembra el Cielo la simiente
de espíritus leales y obedientes
para proseguir la vida
en la tierra de las gentes.

Siembra luz, siembra esperanza
metida en sueños sin arrogancias,
sin ambiciones ni falacias,
con la simple oración de la gracia.

Siembra el pan de cada día
y el perdón que lo acompaña.
Siembra el vino, la comida,
siembra la paz y conduce almas.

Quiere del hombre un ser distinto
que lo busque, que lo ame,
como si fuera un niño
que necesita se amamante.

Siembran los Cielos un mundo nuevo
sin sombras, sin odios, sin enojos.
Sin culpas, sin pecados, sin despojos;
con dicha, con sosiego y con gozo.

Y busca la cosecha
en este mundo tan distinto,
que el hombre distinga la brecha
de lo que se quiere en su camino.

No buscan los Cielos un milagro.
Solo quieren un amigo.

Daniel Valdman / 2002