martes, 5 de julio de 2022

Ajedrez

Un minuto de descanso
y me inunda la locura
de tenerte entre mis brazos,
saber que estás a salvo
y que el ángel de la guarda
no se aleja de tu lado.
Mientras yo aquí en la batalla
soy el escudo que te aparta
de la miseria que me rodea.
Demasiado cruel es la guerra
de lo que no quiero contarte
para no llegar a lastimarte
y mantengas los sueños con vida
porque son los que me incitan
a acabar con este desastre.
No hay razón ni justicia
ni motivo que justifica
cada una de las heridas
que con las balas producimos.
La sangre que derrama el enemigo
jamás podrá reponerla
mientras dejan a las familias inquietas
por la suerte de sus soldados
que no saben por qué están luchando
mientras nosotros defendemos la tierra.
Idiota la ambición y la arrogancia
jugando con las vidas ajenas,
pues ellos nada arriesgan
escudándose tras sus escritorios
jugando a un ajedrez latiendo
sobre un tablero roto.
Daniel Valdman.